Pablo Jaramillo Vasco
Elcolombiano.comTal vez la mejor enseñanza de que el país sí puede ganar la lucha contra los violentos que nos dejó el exPresidente Álvaro Uribe Vélez, se caracteriza perfectamente en la Seguridad Democrática.
Esta fue, sin duda, una gran herencia del gobierno anterior, aunque todavía haya algunos osados desmemoriados que se atreven a desprestigiarla y subvalorarla.
La Seguridad Democrática, la que sí reconocemos el 74% de los colombianos, es la misma que hemos estado viendo desfallecer lentamente a lo largo del gobierno del actual Presidente, quien nos hizo creer durante su campaña que era el candidato más adecuado para mantener los logros que con mucho esfuerzo ya habíamos alcanzado.
Han pasado apenas algunos meses del gobierno Santos y ya se comienzan a percibir sucesos que generan cierto ambiente de retroceso a la época en la que se gobernaba según los lineamientos que impartían los enemigos de la patria desde el Caguán.
Hoy, retornaron los secuestros masivos, los cierres nocturnos de carreteras, las tomas guerrilleras a municipios, las voladuras de oleoductos, se escuchan más asesinatos por robo, más extorsiones a comerciantes y ganaderos, más atracos callejeros, más extranjeros afectados por la inseguridad ciudadana, más fleteo en carreteras, más y más cosas de las cuales creíamos habernos librado definitivamente gracias al anterior gobierno.
No entiendo de dónde obtiene Juan Manuel Santos las cifras que dicen que a lo largo del año 2011 en Colombia, el homicidio se ha disminuido en 9%, el secuestro extorsivo en 48% y las acciones subversivas en 35%, porque éstas contrastan plenamente con la realidad que estamos viviendo.
Este Gobierno, de corte reformista, se está ocupando más de temas que a pesar de ser importantes, no son prioritarios para nuestros intereses.
Santos, por medio de su ministro Germán Vargas Lleras, está ocupando gran parte de los esfuerzos del gobierno en acelerar la agenda legislativa del Congreso, para que este apruebe leyes y reformas que lo que hacen es crear más puestos en el gobierno, los cuales pasarán a ser seguramente ocupados por miembros adherentes a la "Unidad Nacional" y que estaban diezmados políticamente en el país, como es el caso el Partido Liberal. ¿Con qué intención?
El presidente Santos sigue en deuda con los colombianos que lo eligieron para mantener una línea dura con respecto de la seguridad y la defensa nacional, mas no como un mandatario que juegue a ser un "buen presidente" y que se desconcentre en temas que no merecen la misma atención.
Bien decía en alguna oportunidad una excanciller chilena que "no se pueden reinventar, en cada gobierno, los objetivos estratégicos de un país".
Así que, o el Presidente se pone la camiseta de la verdadera Seguridad Democrática y deja de ocuparse en crear más burocracia en el Estado, o corremos peligro de volver a ser un país inviable, como lo éramos a finales del siglo pasado. La pelea contra el terrorismo debe darse con vehemencia y sin laxitud alguna, porque en los últimos ocho años se libraron muchas batallas con resultados a favor, pero la guerra aún no se ha ganado completamente.
Esperemos que este mes sea efectivamente el "marzo negro para las Farc" y no para el Gobierno, porque la balanza ya empezó a favor de los primeros y la Seguridad Democrática está cada vez más condenada a ser contada como en los cuentos de hadas: érase una vez la Seguridad Democrática.
Lo mejor que he leído. Vote por santos, pero ese voto se perdió. MÁS VALE MANO DURA Y CORAZÓN GRANDE CONOCIDO QUE UNOS NUEVOS MEJORES AMIGOS POR CONOCER. Viva URIBE.
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