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NO ES NECESARIO SER UN ADIVINO para haber pronosticado que los bochornosos hechos del pasado domingo 13 de febrero (con motivo del mal llamado intercambio humanitario) estaban cantados.
En nuestra columna de hace unas semanas señalamos: “No cabe la menor duda que el país está expuesto al recrudecimiento del secuestro, en donde los integrantes de las Bacrim se encargan de llevar a cabo el plagio para entregarle la víctima a las Farc. ‘Teodora’, naturalmente, estará presta a facilitar los intercambios humanitarios, que se prolongarán —con la idiota complicidad de algunos— de manera indefinida. Días aciagos nos esperan si el gobierno no se amarra los pantalones”. Los sangrientos eventos de la semana pasada (cinco campesinos asesinados en el Putumayo, incluyendo una niña de cinco años; tres infantes de Marina vilmente ejecutados por los sicarios de las Farc; dos ingenieros de Propal secuestrados; decenas de muertos por diferencias en el reparto del botín entre las Bacrim y los narcoterroristas) demuestran la inutilidad de buscar la paz mientras las Farc no sean derrotadas militarmente.
Hay que ser un redomado imbécil para no haber captado que el despeje en el área del Cañón de las Hermosas en el sur del Tolima lo necesitaban los narcoterroristas para uno de tres fines (o una combinación de los tres): Para sacar la cocaína y la heroína almacenadas desde varios meses; para entrar armamento y/o medicamentos; o para permitirle a uno o varios narcoterroristas huir del cerco que el Ejército les tiene colocado desde hace varios meses. Varios periodistas de CNN se preguntan: ¿Qué pasó en esa escala no prevista y abusiva que hizo el helicóptero brasileño (con Piedad Córdoba a bordo) en el caserío de San José de las Hermosas? ¿Será que todo era un montaje impecablemente preparado para trasladar a dos terroristas por aire a un lugar desconocido? La peregrina excusa de Piedad Córdoba de que copió mal las coordenadas entregadas por las Farc (una ‘rayita’) no tiene credulidad alguna. En este oscuro episodio hay “gato encerrado” y mientras más rápido se investigue qué hay detrás de esta farsa, quién les dio la información a los periodistas de CNN, mejor. Los radares, entre ellos el de Chiribiquete, con toda certeza tienen que tener grabados los movimientos del helicóptero brasileño después de haber despegado del caserío.
El presidente Santos afirmó categóricamente que no va a tolerar “shows” como los que se han visto en televisión sobre las liberaciones. Para el mandatario, es inaceptable continuar en la farsa en que los narcoterroristas, con la complicidad de algunos medios, manipulan a la opinión pública. Igualmente el presidente descartó que la operación de las liberaciones haya sido utilizada por el máximo comandante de las Farc para escapar. “Ni bobos que fuéramos como para permitir un cese de operaciones en un área en la que sabemos que están”. Confiamos en que el presidente no haya sido asaltado en su buena fe; y en la firmeza del primer mandatario para prevenir burdos sainetes como el del domingo pasado.
*****
Apostilla 1: Permitirle a Piedad Córdoba negociar con las Farc —como muchos pretenden— sería un error de dimensiones apocalípticas. Más que un “yo con yo”, el que esta exsenadora adelante cualquier gestión en nombre del Gobierno es el equivalente a que las gallinas contraten a un zorro como su negociador.
Apostilla 2: Si para levantar el paro de camioneros se echó reversa en la decisión de eliminar la tabla de fletes, el Gobierno puede tener la certeza, durante los 42 meses que le quedan de mandato, de que los transportistas y otros gremios van a hacer lo que les venga en gana. Ya fue notificado todo gremio de que sólo se necesita bloquear las vías durante dos o tres días para doblegar al Estado. ¡Que la Virgen del Agarradero nos tenga en su seno!
En nuestra columna de hace unas semanas señalamos: “No cabe la menor duda que el país está expuesto al recrudecimiento del secuestro, en donde los integrantes de las Bacrim se encargan de llevar a cabo el plagio para entregarle la víctima a las Farc. ‘Teodora’, naturalmente, estará presta a facilitar los intercambios humanitarios, que se prolongarán —con la idiota complicidad de algunos— de manera indefinida. Días aciagos nos esperan si el gobierno no se amarra los pantalones”. Los sangrientos eventos de la semana pasada (cinco campesinos asesinados en el Putumayo, incluyendo una niña de cinco años; tres infantes de Marina vilmente ejecutados por los sicarios de las Farc; dos ingenieros de Propal secuestrados; decenas de muertos por diferencias en el reparto del botín entre las Bacrim y los narcoterroristas) demuestran la inutilidad de buscar la paz mientras las Farc no sean derrotadas militarmente.
Hay que ser un redomado imbécil para no haber captado que el despeje en el área del Cañón de las Hermosas en el sur del Tolima lo necesitaban los narcoterroristas para uno de tres fines (o una combinación de los tres): Para sacar la cocaína y la heroína almacenadas desde varios meses; para entrar armamento y/o medicamentos; o para permitirle a uno o varios narcoterroristas huir del cerco que el Ejército les tiene colocado desde hace varios meses. Varios periodistas de CNN se preguntan: ¿Qué pasó en esa escala no prevista y abusiva que hizo el helicóptero brasileño (con Piedad Córdoba a bordo) en el caserío de San José de las Hermosas? ¿Será que todo era un montaje impecablemente preparado para trasladar a dos terroristas por aire a un lugar desconocido? La peregrina excusa de Piedad Córdoba de que copió mal las coordenadas entregadas por las Farc (una ‘rayita’) no tiene credulidad alguna. En este oscuro episodio hay “gato encerrado” y mientras más rápido se investigue qué hay detrás de esta farsa, quién les dio la información a los periodistas de CNN, mejor. Los radares, entre ellos el de Chiribiquete, con toda certeza tienen que tener grabados los movimientos del helicóptero brasileño después de haber despegado del caserío.
El presidente Santos afirmó categóricamente que no va a tolerar “shows” como los que se han visto en televisión sobre las liberaciones. Para el mandatario, es inaceptable continuar en la farsa en que los narcoterroristas, con la complicidad de algunos medios, manipulan a la opinión pública. Igualmente el presidente descartó que la operación de las liberaciones haya sido utilizada por el máximo comandante de las Farc para escapar. “Ni bobos que fuéramos como para permitir un cese de operaciones en un área en la que sabemos que están”. Confiamos en que el presidente no haya sido asaltado en su buena fe; y en la firmeza del primer mandatario para prevenir burdos sainetes como el del domingo pasado.
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Apostilla 1: Permitirle a Piedad Córdoba negociar con las Farc —como muchos pretenden— sería un error de dimensiones apocalípticas. Más que un “yo con yo”, el que esta exsenadora adelante cualquier gestión en nombre del Gobierno es el equivalente a que las gallinas contraten a un zorro como su negociador.
Apostilla 2: Si para levantar el paro de camioneros se echó reversa en la decisión de eliminar la tabla de fletes, el Gobierno puede tener la certeza, durante los 42 meses que le quedan de mandato, de que los transportistas y otros gremios van a hacer lo que les venga en gana. Ya fue notificado todo gremio de que sólo se necesita bloquear las vías durante dos o tres días para doblegar al Estado. ¡Que la Virgen del Agarradero nos tenga en su seno!
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