Cristina De Toro R.
Elcolombiano.com
En el recién terminado paro de camioneros, aunque todos los actores que intervinieron salieron perdiendo, puede decirse que el Gobierno fue el que salió más mal librado de todos.
Aparte de no haber conseguido la eliminación de la polémica tabla de fletes (herencia del expresidente Ernesto Samper y razón de ser de la protesta), ahora no solamente tendrá que entrar a renegociarla, sino que, además, le va a tocar también pactar los costos de los peajes, de los combustibles, de la chatarrización de vehículos, de los comparendos de más de tres años, etc.
Y, lo que es más grave todavía, que el desafortunado evento puso en evidencia que dentro del gobierno de la Unidad Nacional, de armonía y de unión, más bien poco.
Si es cierto, como dicen algunos, que la intervención del vicepresidente Angelino Garzón en el paro, a pesar de la incomodidad que generó por haber pasado olímpicamente por encima del ministro de Transporte, Germán Cardona, quien había asumido la férrea postura de no negociar bajo presión, contribuyó de momento a resolver el problema, (posponerlo diría yo), igualmente cierto es, que sus intromisiones que ya se volvieron recurrentes y, en temas que les competen exclusivamente a los ministros, han empezado a generar, con toda y sobrada razón, mucho malestar.
Si se cree que al frente de cada ministerio está la persona que el presidente Juan Manuel Santos consideró idónea para desempeñarse en el cargo y que, al trabajar consecuentemente con las políticas del gobierno que representa, cuenta con la suficiente autonomía y poder de decisión, no se entiende cómo el vicepresidente Garzón cada que se elaboran decretos o se toman medidas que a su juicio son inconvenientes, interfiere e imprudentemente hace pública su opinión.
Ahora bien, aunque en la Constituyente del 91 quedaron, más o menos esbozadas, las poquísimas funciones que tiene el Vicepresidente de la República, se infiere que el Presidente sí debe tener claro cuáles tareas le asignó.
Qué bueno fuera entonces, que a sus ministros, a los Gremios Nacionales, y a los colombianos, en general, nos participara de ellas para evitar así las engorrosas situaciones que se han venido presentado y que han dejado ya a algunos de sus ministros como unos solemnes segundones.
Nadie desconoce las bondades que asisten al vicepresidente Angelino Garzón, quien como buen sindicalista que fue, posee además de sus facultades profesionales, una importante capacidad para la mediación, condición ésta que sin duda puede ser de gran ayuda en la resolución de conflictos.
Sin embargo, sabemos también que el vicepresidente Garzón hace mucho rato tiene agenda política propia y le viene apostando a fortalecer su cuadro político y su imagen de estadista, con miras a una candidatura presidencial futura.
Entonces, si este proceder no se corrige inmediatamente y el Vicepresidente continúa imponiendo sus argumentos populistas, por encima de las decisiones técnicas que requiere el Ejecutivo para la implementación de su plan de gobierno, ese que hoy muchos ven como el Angelino de la guarda del presidente Juan Manuel Santos, pasará a ser el responsable de la pérdida de seriedad y confiabilidad de las políticas públicas del actual Gobierno.
Saludos. Los programas de chatarrizacion son muy buenos pero a medida de que den y ofrezcan facilidad para comprar un nuevo vehículo con facilidades de pago e intereses muy bajos y sin tanta documentación.
ResponderEliminar