sábado, 26 de marzo de 2011

¿Retroceso en la seguridad?

Elcolombiano.com


La firmeza en el combate a todos los grupos armados ilegales y un profundo arraigo democrático, como bases de una política de seguridad, les devolvieron a los colombianos la confianza en su propio país, y esto, a su vez, motivó también la llegada de capitales e inversionistas extranjeros.

Pero como van las cosas, a escasos siete meses del cambio de Gobierno, esa Seguridad Democrática, que precisamente se planteó como una política de Estado, para garantizar que tuviera continuidad en el tiempo, independientemente del manejo que hiciera cada presidente, corre el riesgo de desmoronarse.

Mientras con el fin de "empapelarlo" con sindicaciones y demandas, distintos poderes cuestionan a Álvaro Uribe, quien fundamentó su gobierno en la Seguridad Democrática, la Confianza Inversionista y la Cohesión Social, la guerrilla arrecia sus ataques en el país con el fin de quitar la presión que las Fuerzas Armadas ejercen contra el máximo cabecilla de las Farc, "Alfonso Cano", que debe estar cada vez más aislado.

Los ataques perpetrados por las Farc en los últimos días, con una frecuencia inusual, aunque sin la contundencia de otras épocas, generan temor entre la población. Un temor que crece ante la percepción de que en materia de seguridad estamos retrocediendo.

Hostigamientos a bases militares o estaciones de Policía, instalación de cargas explosivas con la evidente intención de causar daño a la población civil y ataques a patrullas de la Fuerza Pública, como los ocurridos en los departamentos de Arauca, Cauca, Nariño, Tolima, Huila y Norte de Santander, es decir, su retorno a la guerra de guerrillas, presionan al Ejecutivo para que cambie de rumbo.

¿Hay conciencia en el alto Gobierno de que no puede permitir que se desmonte la Seguridad Democrática? ¿Hay desmoralización entre miembros de las Fuerzas Armadas? ¿Por qué corren de nuevo rumores sobre la presencia guerrillera en las carreteras del país y en zonas neurálgicas?

Es hora de actuar, sin apaciguamientos, y mostrar que, de verdad, sí existe la firme decisión de continuar una política que tantos beneficios le ha brindado al país y que no se puede desmontar, so pena de perder el terreno ganado en la lucha contra los violentos.

Hay que reconocer los logros de la Fuerza Pública en sus operaciones conjuntas contra la subversión, como la registrada ayer en Chocó, donde fueron abatidos en combate diez guerrilleros de las Farc. Operativos como éste, tienen que replicarse en todos aquellos lugares donde la presencia de las Farc había sido controlada y hoy vuelve a ser motivo de zozobra, como lo sienten quienes se atreven a viajar por carretera en algunas zonas del país o temen volver a visitar e invertir en sus propiedades rurales, por advertir de nuevo la presencia de grupos armados ilegales en sus inmediaciones.

Sería fatal un retroceso en la seguridad, e incluso en la percepción que tenemos de ella, cuando el país parecía haber llegado a un punto de quiebre en la lucha contra los violentos, o al menos, para tener la fortaleza institucional necesaria para abrir esa ventana que siempre hemos dicho que debe existir para llegar a una mesa de negociación que nos permita alcanzar la paz. 

jueves, 24 de marzo de 2011

¡Estarían felices!, ¿previcadores?

José Obdulio Gaviria
Eltiempo.com

Estremecedora novela de Umberto Eco El Cementerio de Praga. En 1903 fue publicado 'Los Protocolos de los sabios de Sion', sandeces antisemitas, difundidas, con presupuesto generoso, por Henry Ford y acogidas por Hitler para su prédica genocida. Eco describe con exactitud el caldo de cultivo de la bacteria antisemita (Europa, finales del siglo XIX).

Con licencias propias de la ficción, Eco sintetiza en unos pocos personajes (despreciables, viciosos, mendaces, codiciosos, fanáticos, asesinos) a todos los protagonistas reales de esa gran mentira histórica, una 'presunta conspiración judía contra la humanidad'. Con erudición desbordada, Eco documenta cada calumnia, cada falsificación, cada tramoya: cuenta quién falsificó las cartas 'prueba' para el 'Proceso Dreyfus'; quién enunció la consigna de la 'solución final' adoptada por los nazis para 'justificar' la muerte de todos los judíos, etcétera.

La novela ajusta cuentas históricas con todos los escritores, publicistas, políticos, magnates, militares, curas, miembros de la inteligencia prusiana, italiana, francesa y rusa, que llevaron a la humanidad al mayor genocidio de la historia: la Segunda Guerra Mundial. Todo, quién lo creyera, fue un gran fraude ideológico y político; un engaño cínico urdido por intelectuales y políticos de la ultraderecha.

Conmociona, particularmente, la narración novelada del caso Dreyfus, un coronel francés, de religión judía, contra quien se instruyó proceso por traición a la patria, fundado en el documento falsificado por una banda antisemita. La 'justicia' francesa lo envió a podrirse en la Isla del Diablo. El mensaje era claro: ¡los oficiales judíos no eran bienvenidos en las filas del ejército francés!

¿Por qué impacta tanto esa escena? Porque en Colombia, hoy, tenemos una justicia movida por intereses políticos e ideológicos, capaz de llegar hasta los más insospechados niveles de crueldad con sus 'enemigos' (Mario Aranguren, María del Pilar Hurtado, varios parlamentarios uribistas, por ejemplo) y de impunidad con sus amigos (los parlamentarios cómplices de 'Reyes', el jefe de las Farc).

Nadie ha demostrado que sea falso el aserto de que la Corte Suprema actúa (¿actuó?) como directorio de oposición; o que un sector de los magistrados se asoció con malandrines de alto vuelo. Pero, como si viviéramos en la Francia del siglo XIX, los magistrados abrieron un expediente que debe conducir, inexorablemente, a la condena de varios ministros de un gobierno que los magistrados detestaron (según sus propias conversaciones, publicadas por El Espectador), sin necesidad siquiera de oírlos y vencerlos en juicio. Es el caso conocido como 'Yidispolítica', en el que un abogado cercano a ciertos magistrados, cuyas características y comportamientos (del abogado) parecen extraídos de las páginas de Umberto Eco, convenció (no se sabe con qué 'argumentos') a su 'clienta' (o, mejor, víctima) para que se autoincriminara y, así, por arte de birlibirloque, poder condenar a sus enemigos, los ministros.

La Corte, contrariando la Constitución, decretó larga interinidad en la Fiscalía y allí se abrieron procesos contra sus contradictores. Como haría cualquier desprestigiado Gadafi, a algunos nos declararon incursos en 'concierto para delinquir para desprestigiarlos' y han movido cielo y tierra para castigarnos. Andrés Peñate, en una visita al embajador norteamericano, le confesó que "tenía miedo de que la Corte Suprema va en busca de chivos expiatorios, y que los magistrados no estarían felices hasta que altos funcionarios de gobierno colombiano -idealmente José Obdulio Gaviria- estuvieran en prisión".

miércoles, 16 de marzo de 2011

La Corte: que pase al tablero


Fernando Londoño Hoyos
Lapatria.com


La extradición de colombianos, particularmente la que se hace a los Estados Unidos, tiene larga y penosa historia. Cuando empezó la lucha contra los grandes carteles de la droga, el de Pablo Escobar, el de los Rodríguez Orejuela y el de El Mexicano, para ser exactos, se movió todo aquel andamiaje siniestro en el que llegaron a comprometerse los más connotados juristas de Colombia.

El asesinato de Rodrigo Lara Bonilla, a manos de la mafia, revivió el tema de la extradición. Estaba claro que a los delincuentes los tenía sin cuidado el aparato judicial y carcelario de Colombia. Sabían que con un par de cañonazos de un millón de dólares, menuda para ellos, todo se arreglaba. Le temían a la extradición. Solo a eso.

Como el Gobierno de Betancur persistiera, le organizó la mafia, con el apoyo de esa otra mafia que se llamó el M19, la fiesta del Palacio de Justicia. Se trataba de incendiar los archivos de la Corte, asesinar los magistrados de la Sala Constitucional, poner de rodillas el Gobierno y rematar con unas conversaciones de paz conducidas a su antojo.

Aquella barbaridad no resultó. Las Fuerzas Militares y de Policía recuperaron el Palacio y salvaron centenares de secuestrados por estos salvajes. Y Virgilio Barco tuvo el coraje de persistir en la extradición como instrumento fundamental de defensa de nuestro débil Estado contra el poder omnipotente de las hordas mafiosas. Los Ministros Low Murtra y Parejo González pagarían con sangre el valor de enfrentar con esa arma a los carteles de la cocaína.

Llegó la Constitución de 1991. Que cometió con la prohibición de la extradición el primero y el más negro de todos sus pecados. No será para el olvido que los militantes del M19, por esas curiosas veleidades de nuestra democracia, conformaban la fuerza primera de aquella política disociada, confusa y mediocre que parió la triste Carta que nos rige. Y los socios de la masacre del Palacio de Justicia le cumplieron a la memoria de sus caídos y a los dólares de sus compinches. La extradición quedó proscrita y tuvimos que vivir la amarga experiencia de ver a Pablo Escobar de amo y señor del Estado, diseñando la cárcel donde estaría supuestamente recluido. Allá, desde La Catedral, ese infame, custodiado por sus subalternos, entre lujos persas y facilidades plenas, siguió su negocio, vivió como rey, atendió a sus allegados, juzgó y asesinó a los que se salieron de la raya.

Los excesos de Escobar terminaron en lo que debían terminar. Para su búsqueda se utilizaron aviones de espionaje norteamericanos, que no eran inconstitucionales como ahora, y el caudillo de todos los males de Colombia cayó abatido en Medellín. Rodríguez Gacha siguió su suerte y los Rodríguez Orejuela querían disfrutar el camino de los Ochoa, para vivir a sus anchas su gigantesca fortuna. A propósito: ¿que pasó con el clan Ochoa?

El presidente Álvaro Uribe revivió la extradición. La que practicamos con celo y eficacia. Centenares de esos atroces asesinos del género humano pararon en cárceles de los Estados Unidos. Hasta que apareció la Corte Suprema de Justicia. Y con ponencia de su expresidente, Augusto Ibañez, decidió que la extradición no procedía cuando los delincuentes tuvieran denuncias por hacer en Colombia y cuando les quedara pendiente la indemnización a sus víctimas.

Golpe mortal a nuestras relaciones con los Estados Unidos. Golpe mortal a nuestra lucha contra el narcotráfico. Golpe mortal a la dignidad de Colombia, otra vez de rodillas ante la mafia.

Han pasado años desde que la ponencia de Ibañez fue aceptada por sus colegas. Han pasado años desde que el narcotráfico volvió a respirar tranquilo en las cárceles colombianas. Han pasado años desde el día en que la Corte prometió que con su tesis se recuperaban la justicia y los derechos de las víctimas. Pues es hora de que pase al tablero. Es hora de que nos diga de qué sirvió romper con los Estados Unidos, apoyar la mafia, revivir el narcotráfico y deshonrar a Colombia. Esperamos el balance.

sábado, 12 de marzo de 2011

Érase una vez la Seguridad Democrática

Pablo Jaramillo Vasco
Elcolombiano.com


Tal vez la mejor enseñanza de que el país sí puede ganar la lucha contra los violentos que nos dejó el exPresidente Álvaro Uribe Vélez, se caracteriza perfectamente en la Seguridad Democrática.

Esta fue, sin duda, una gran herencia del gobierno anterior, aunque todavía haya algunos osados desmemoriados que se atreven a desprestigiarla y subvalorarla.

La Seguridad Democrática, la que sí reconocemos el 74% de los colombianos, es la misma que hemos estado viendo desfallecer lentamente a lo largo del gobierno del actual Presidente, quien nos hizo creer durante su campaña que era el candidato más adecuado para mantener los logros que con mucho esfuerzo ya habíamos alcanzado.

Han pasado apenas algunos meses del gobierno Santos y ya se comienzan a percibir sucesos que generan cierto ambiente de retroceso a la época en la que se gobernaba según los lineamientos que impartían los enemigos de la patria desde el Caguán.

Hoy, retornaron los secuestros masivos, los cierres nocturnos de carreteras, las tomas guerrilleras a municipios, las voladuras de oleoductos, se escuchan más asesinatos por robo, más extorsiones a comerciantes y ganaderos, más atracos callejeros, más extranjeros afectados por la inseguridad ciudadana, más fleteo en carreteras, más y más cosas de las cuales creíamos habernos librado definitivamente gracias al anterior gobierno.

No entiendo de dónde obtiene Juan Manuel Santos las cifras que dicen que a lo largo del año 2011 en Colombia, el homicidio se ha disminuido en 9%, el secuestro extorsivo en 48% y las acciones subversivas en 35%, porque éstas contrastan plenamente con la realidad que estamos viviendo.

Este Gobierno, de corte reformista, se está ocupando más de temas que a pesar de ser importantes, no son prioritarios para nuestros intereses.

Santos, por medio de su ministro Germán Vargas Lleras, está ocupando gran parte de los esfuerzos del gobierno en acelerar la agenda legislativa del Congreso, para que este apruebe leyes y reformas que lo que hacen es crear más puestos en el gobierno, los cuales pasarán a ser seguramente ocupados por miembros adherentes a la "Unidad Nacional" y que estaban diezmados políticamente en el país, como es el caso el Partido Liberal. ¿Con qué intención?

El presidente Santos sigue en deuda con los colombianos que lo eligieron para mantener una línea dura con respecto de la seguridad y la defensa nacional, mas no como un mandatario que juegue a ser un "buen presidente" y que se desconcentre en temas que no merecen la misma atención.

Bien decía en alguna oportunidad una excanciller chilena que "no se pueden reinventar, en cada gobierno, los objetivos estratégicos de un país".

Así que, o el Presidente se pone la camiseta de la verdadera Seguridad Democrática y deja de ocuparse en crear más burocracia en el Estado, o corremos peligro de volver a ser un país inviable, como lo éramos a finales del siglo pasado. La pelea contra el terrorismo debe darse con vehemencia y sin laxitud alguna, porque en los últimos ocho años se libraron muchas batallas con resultados a favor, pero la guerra aún no se ha ganado completamente.

Esperemos que este mes sea efectivamente el "marzo negro para las Farc" y no para el Gobierno, porque la balanza ya empezó a favor de los primeros y la Seguridad Democrática está cada vez más condenada a ser contada como en los cuentos de hadas: érase una vez la Seguridad Democrática. 

jueves, 10 de marzo de 2011

Carta abierta a un comandante

Fernando Londoño Hoyos
Eltiempo.com


No creemos estar equivocados, señor general Navas, cuando decimos ver una negra tempestad en el horizonte de la guerra. Usted, que por tantos años ha trabajado con patriótico desvelo, con valor que admiramos y con éxitos que aplaudimos por la victoria militar, puede estar en mejores condiciones que nosotros para saber lo que pasa. Pero no nos convencen sus argumentos y debemos decirle por qué.

En primer lugar, porque son argumentos. En la guerra hay otras formas para calcular la adversidad y la fortuna. Trabada la batalla, su medida es implacable y no la sobornan los discursos, por brillantes que sean. Por eso, nos parece que en su reportaje faltaron los hechos, amos de estos debates, y sobraron las palabras, los encomios y las descalificaciones.

Entre el 7 de enero y el 7 de marzo contamos 16 hechos de armas, narrados por la prensa y tan indiscutibles como la sangre que costaron. En todos ellos sufrimos dolorosas pérdidas. Dieciséis militares muertos, 38 heridos, 18 policías asesinados y 9 heridos nos dan una pesada cifra de 81 hombres fuera de combate.

De muy distintos y distantes sitios de Colombia se alzan voces angustiadas. La situación del Cauca es horrorosa, dijo el veterano senador de ese departamento Aurelio Iragorri. Nos lo confirmó el presidente de Analac y lo dicen sin ambages los hombres y las mujeres del campo, y los de la Ciudad Blanca. Porque hacia ella, la mil veces gloriosa Popayán, se movieron los llamados 'traquetos' que campeaban en el Valle.

La muerte en Córdoba de cuatro estudiantes universitarios no fue una casualidad. No hay un cordobés que no llore tiempos mejores. Como le pasa a toda la gente de Arauca, Norte de Santander y La Guajira. La frontera con Venezuela se ha vuelto un infierno. Le convendría repasar reciente columna de la periodista Salud Hernández-Mora, para que lo verifique. O conversar unos minutos con el presidente de la Federación Nacional de Ganaderos, José Félix Lafaurie, para que le cuente de quejas y pesares de sus afiliados.

La frontera con el Ecuador y la Costa del Pacífico no gozan de mejor salud. Entre las Farc y el narcotráfico, o si quiere mejor, las ya famosas bacrim, hunden esos pueblos en la tragedia y la desesperanza. Casi teníamos olvidadas las voladuras de los oleoductos. Ahora nos las recuerdan en el norte y el sur del país.

Entre el día en que usted, señor General, le expuso al periodista de EL TIEMPO su tesis y el momento en que escribimos estas líneas, ocurrieron tres hechos capitales. El primero, que en las calles de Bogotá, al mediodía y en presencia de decenas de atónitos niños, sicarios de las Farc intentaron matar a un gran jurista, noble escritor e infatigable batallador por la causa de las Fuerzas Militares, el doctor Fernando Vargas. La pistola asesina se mueve por Bogotá, y tal vez no pare de moverse. Indicio de cosas harto peores. El segundo fue el asalto en la carretera entre Mutatá y Chigorodó, repetición de otro anterior, que ha aconsejado cerrar la vía en las noches. Varios muertos y cuatro buses incendiados son el saldo de una acción más que preocupante, tan cercana a la fervorosa ponderación que usted hiciera de la paz en las vías nacionales. Y el tercero fue el secuestro de los 22 trabajadores de una firma petrolera en el Vichada, que terminó menos gloriosamente de como nos la contaron. Pero no importa. Lo sustantivo es que las Farc notificaron que quieren ser parte en el negocio más sobresaliente que hay en Colombia, y esa no es una buena noticia.

No queremos ganarle una discusión, ilustre General. Ni siquiera entablarla. Solo le queremos decir que este es un problema que a todos concierne y que plantearlo bien es abrir el camino para resolverlo. Negarlo equivale a dejarlo intacto. Que no es de lo que se trata.

El dramático regreso de la inseguridad nacional

Nelson Roberto Pardo Giraldo


Esta no es solo una percepción ciudadana, es hoy, una realidad en todo nuestro país. De frontera a frontera, de costa a costa. Escuché hace unos días, el mensaje desesperado de un campesino del Departamento del Guaviare, afirmando que, están muy alarmados de vivir nuevamente los terrores de épocas pasadas, como hace 8 o 9 años, antes del inicio del Gobierno del Presidente Uribe, con la presencia de la guerrilla, de las bandas criminales, de delincuencia organizada, y delincuencia común. Regresaron el secuestro, la extorsión, el abigeato, el atraco, los homicidios, etc. sin que se vea una política agresiva de contra ataque, por parte de las autoridades a estos grupos terroristas y delincuenciales. Afirmaba que, esas épocas felices de paz y tranquilidad, de los últimos 8 años, habían desaparecido. Les duró poco, lo que tantos años anhelaron 

Días después, fueron los Gobernadores de los departamentos de frontera, que tienen límites con el vecino país de Venezuela. Las guerrillas de las FARC y el ELN, pasan a Colombia, cometen los secuestros y las extorsiones, y regresan a Venezuela. Lo que llaman las fronteras porosas. Las víctimas, fundamentalmente Ganaderos, Hacendados y pequeños Comerciantes. 

Pero no paró en tan pocos días, la información sobre el avance de la inseguridad. En una emisora de la capital, el Presidente de Fedegan José Félix Lafaurie, informaba lastimosamente, sobre el proceso tan agresivo de secuestro de ganaderos, en todo el país. Dio nombres y apellidos de estos afiliados suyos, que han sido secuestrados en los últimos meses. Quiere decir, que con la liberación de los 5 secuestrados en los próximos días, no vamos a tener una menor cifra de colombianos para liberar. Todo lo contrario, lastimosamente el número de ellos, ha aumentado considerablemente. 

Para continuar en el mismo proceso, el sábado pasado en la Capital de la República, 10 delincuentes fuertemente armados, con armas de largo alcance atracaron a plena luz del día, el colegio del Rosario de Santo Domingo, ubicado a dos minutos de una de las estaciones de Policía, mas importantes. En el colegio se encontraban los padres de familia con sus hijas, comprando los útiles de estudio para este año, al igual que las monjas y personal del colegio. La Policía, no obstante las múltiples llamadas, hechas por los padres de familia desde sus celulares, llegó 30 minutos después, cuando ya para qué. La ciudadanía se queja permanentemente, de la inoperancia de esta entidad al no dar respuesta oportuna al llamado urgente, ante la comisión de un delito. El director de la Policía Nacional, y el comandante de la Policía Bogotá, informaron a la ciudadanía, tener en cuestión de horas, identificados y detenidos a los delincuentes. Han transcurrido ocho días del asalto, y hasta ahora nada. Ojala nunca se repita este acto demencial o uno similar al del Club El Nogal, de ingrata recordación para los capitalinos y para el país. 

Todos estos actos, no son esporádicos, es el avance progresivo del terrorismo y de la delincuencia organizada.

Y hay más, en esta última semana, en el departamento de Arauca, la guerrilla emboscó a una patrulla del ejército, dejando 27 soldados heridos, algunos de ellos de gravedad, y a quienes estos terroristas iban a rematar después de la explosión del carro bomba. Volvemos a tener épocas de ingrata recordación. 

Finalizando esta semana, la delincuencia urbana, destruyó una estación y un bus de Transmilenio. Con sevicia, con brutalidad, con maldad, lo hicieron. El bus venía haciendo ruta y con pasajeros en su interior, y estos desadaptados, con ladrillos y piedras, empezaron a destruirlo. La policía no apareció. Como lo mostraron los noticieros de televisión, los vándalos tuvieron todo el tiempo, para ensañarse en la destrucción de esto. Los camarógrafos los filmaron y la autoridad no apareció. Ya hubo detenidos, y un juez los dejó en libertad. El ministro del interior afirma que la justicia en Colombia si funciona. Para la muestra un botón. Estos casos se repiten cada día con secuestradores, homicidas, atracadores, etc. 

Ahora bien, en consideración a lo anterior, se preguntan los ciudadanos que está pasando, con el deterioro progresivo de la seguridad democrática. Pues bien, lo anterior, no es consecuencia de lo que a continuación voy a mencionar. El diario El Tiempo, en un informe detallado, informó sobre la reducción de recursos, por parte de los EE.UU. al plan Colombia, punto pactado desde un inicio en dicho convenio. Esto obviamente afecta a nuestras Fuerzas Militares, a tal punto que, y como ejemplo entre otras cosas, se suspende la construcción de 8 batallones en diferentes lugares del país, como lo anunció el Ministro de Defensa, Rodrigo Rivera. También se reducirá el uso de combustibles, para aeronaves distintas a las de combate. Volvemos a la pobreza de antes, cuando hoy más que nunca, necesita el país un refuerzo en la ofensiva de las Fuerzas Militares, contra el terrorismo. Se puede cambiar el estilo, pero no las políticas de estado, como la exitosa, de la “Seguridad Democrática” del Presidente Uribe. 

Pero no todo es negro, no todo puede ser negativo, hay que buscarle la salida a esta situación. Pues bien, habiendo entregado ya la Corte Constitucional, el fallo declarando inexequible el acuerdo suscrito entre Colombia y los EE.UU., para el uso de las bases militares Colombianas, por parte de personal y aeronaves de ese país, para el control del tráfico de estupefacientes, con equipos de última generación, debería entonces el gobierno del Presidente Santos, presentar al Congreso de la Republica, un proyecto con carácter urgente, para su trámite y aprobación, por parte del mismo. Esto nos traería recursos, tecnología, mejoramiento de las bases, permanencia de estas aeronaves y equipos, cumpliendo tareas muy importantes para nuestra Seguridad Nacional, entre otras, labores de inteligencia y patrullaje, compensando así, los faltantes derivados del plan Colombia, en infraestructura, autonomía de operaciones, y todo bajo el comando de oficiales Colombianos, con el apoyo de tripulaciones gringas. Por eso el tratado, tuvo tantos enemigos y contradictores, con un bien planeado proceso de desinformación a la opinión pública. 

Ya vimos en el pasado que, ninguno de nuestros países vecinos, a excepción de Perú y Chile, nos dieron el apoyo necesario, cuando el Sr. Chávez puso el grito en el cielo y convocó a Unasur, por la firma del convenio de Colombia con los EE:UU, para la utilización de las ya mencionadas bases militares Colombianas, y así someter a Colombia, a un proceso de ataques sin sustento alguno, y de intervención indebida en nuestros asuntos internos, violando así nuestra soberanía nacional, mientras Venezuela y Brasil, estaban firmando convenios para suministro de aviones de guerra, misiles, tanques de guerra, buques de guerra, etc., el primero con Rusia y el segundo con un tercer país, sin que pasara nada, y no hubiera escándalo por parte de los países miembros de Unasur, por procesos anormales de armamentismo, en cabeza de estos países vecinos. 

En la guerra no se puede desfallecer, y estamos seguros que nuestros soldados y policías, serán los valientes actores de nuestra historia. Los altos mandos Militares y de Policía, tienen una responsabilidad muy grande, con todos los Colombianos de bien, y no podrán ser inferiores a este reto, para avanzar con mucha fortaleza en el proceso de Seguridad Democrática, que tanto bien y buenos resultados le ha dado al país, y que esto nos lleve algún día a la paz, tan anhelada por todos. 

El señor Presidente Santos tiene la palabra, el estilo puede ser diferente, pero eso no cambia, lo que tiene que ser una política de Estado. 

miércoles, 9 de marzo de 2011

El redentor crucificado

José Obdulio Gaviria
Eltiempo.com


Es indefectible que todo hecho histórico tenga, por lo menos, dos caras. ¿Cuál versión quiere usted sobre la persecución, juicio y sacrificio de Cristo? ¿La de Caifás, Sumo Sacerdote; la de Barrabás, criminal canjeado; la de los cuatro evangelistas?

¿Cuál visión adoptamos sobre la muerte de Julio César? ¿La de Suetonio, quien cantó su grandeza, heroísmo y nobleza; o la de Shakespeare, quien tomó el punto de vista de los 'tiranicidas'?

¿Cuál punto de vista adoptamos sobre la vida y obra de Bolívar? ¿La de Ducoudra Holstein, quien pretendió (¡pobre diablo!) hacernos creer que El Libertador fue un analfabeta, sátiro y cobarde; la de Marx, quien adhirió a esa descripción y la complementó con insultos propios; la de Salvador de Madariaga o Rafael Sañudo, quienes, para adular a España, denuestan con saña de Bolívar; o, nos quedamos con los simples hechos, con la realidad, que demuestra -¡qué duda cabe!- que Bolívar fue el 'genio de América'?

Hoy, la mayoría de nuestros medios de comunicación adhirieron, inconscientemente supongo, al punto de vista de los criminales, en referencia al fenómeno paramilitar -y, sobre todo, a la apreciación y evaluación de su desmovilización-, no a la que debiera ser primera fuente en la búsqueda de la verdad: los funcionarios -máxime en el caso de una probidad encarnada como lo es Luis Carlos Restrepo-, o las víctimas, o, aun, la base arrepentida de la estructura delincuencial que se desmovilizó. ¡No! Le están creyendo a la hez, a las peores expresiones de la descomposición y la maldad. Ver los titulares de primera página con frases tremebundas y falaces de alias el 'Alemán' y alias 'H.H'; son el pan de cada día. ¡Qué vergonzosa toma de posición!

Los protagonistas de tanto amarillismo e irresponsabilidad saben muy bien que sus 'fuentes' mienten; que están cobrando venganza contra los que destruyeron su base de poder y les hicieron pagar sus crímenes. Los paramilitares se creyeron omnipotentes; arrodillaron a toda la sociedad; la insultaron con la exhibición impúdica de su riqueza. Hoy están en la cárcel. Claro que se están vengando del gobierno, del presidente Uribe, de las fuerzas armadas, del Alto Comisionado de Paz, de las autoridades carcelarias.

A los héroes que lograron que acabara la pesadilla paramilitar los tienen hoy en primeras páginas y están citados a interrogatorio, porque los criminales los señalan como criminales. ¡Sí! Es la injusticia recurrente de la misma clase de gente veleidosa y 'principal' que condenó a Cristo; que renegó de Julio César; que maltrató, humilló y expatrió a Bolívar. ¿Por qué iba a esperar algo mejor Luis Carlos Restrepo? ¿Por qué no iba a cumplirse en él aquel designio de que todo redentor morirá crucificado?

El gobierno de la Seguridad Democrática y las fuerzas armadas han padecido el permanente malestar y ataque contra todas sus realizaciones, en particular contra el proceso de desmovilización del paramilitarismo. Para esos enemigos todo fue malo: los persiguieron militarmente: ¡malo!; los confrontaron políticamente: ¡peor!; lograron desmovilizarlos y concentrarlos en Ralito: ¡cómplices, negociaron su no extradición!, o peor, ¡fue una farsa!; los metieron a una cárcel blanda en La Ceja: ¡alcahuetas, hicieron pactos secretos con ellos!; los mandaron a la cárcel de máxima seguridad: ¡falsarios, cumplan los pactos de concederles cárcel blanda!; los extraditaron: ¡quieren acallarlos o impedir que reparen a las víctimas!

En medio de la algarabía contra el anterior gobierno, solo se ha escuchado una voz cuerda y solidaria, la del vicepresidente Garzón. Ha pedido "a las instituciones no caer en las estrategias de los ilegales". Bien por él, pero soy pesimista sobre la audiencia que tendrá. En fin, pareciera que Uribe, como Bolívar, predicó en el desierto y aró en el mar.

lunes, 7 de marzo de 2011

El wikichisme

Salud Hernández-Mora
Eltiempo.com

Pues sí, me tacharán de igualada, pero también conocí el rumor que compartió con sus jefes el embajador Woods sobre la elección de Iguarán, solo que más completo. Y sería bueno que los magistrados que participaron nos explicaran cómo fueron aquellas rondas de votaciones y por qué cambiaron el sentido de sus sufragios en un fin de semana, para que despejemos cualquier sospecha, no basta con declararse impolutos.

Porque el viernes 14 de julio del 2005 ganaba sobrado Jorge Pretelt, ex magistrado del Consejo Electoral, tras intenso lobby, y el martes siguiente venció Iguarán por goleada. Y como en diciembre pasado ya conocimos de extrañas maniobras para escoger presidente de la Corte Suprema, cuanta mayor transparencia haya, más confianza tendremos en la Justicia. Y que entrevisten a 'Macaco' y a Mancuso, que, aunque mezclan verdades con mentiras, servirá para armar el puzzle. Este es el wikichisme que contaron:

'Macaco' quería influir en esa votación y para eso puso siete mil millones de pesos, o eso aseguraba él (que lo decía y que quería no es rumor). Estaba convencido de la tesis del entonces ministro Sabas Pretelt, de que con Iguarán la ley que les ampararía en la desmovilización se aplicaría conforme a lo pactado. Unos pensaban que con Jorge Pretelt, pese a ser uribista, podría haber dificultades porque se decía que era cercano a Mancuso y querría dar muestras de lo contrario.

'Macaco', capo que compró a Castaño el 'Bloque Bolívar' y que hasta su desmovilización no tenía una sola orden de captura, pretendía que otros comandantes pusieran dinero. Y escogieron a dos personas para que hicieran las vueltas. Un abogado, que se ocupó de mover la plata, y otro personaje que viajó a Montería a hablar con Mancuso.

En aquellos tiempos, julio del 2005, quien había sido comandante militar de las Auc y primero en dejar las armas (diciembre del 2004), vivía en su casa de Montería, escoltado por el DAS. Para poner en contexto el wikichisme, hay que recordar que entonces ni imaginaban que pasarían por la cárcel ni que terminarían en USA. Y que comandantes como 'Jorge 40' eran reacios a dejar el monte, ya que pensaban que nada estaba cerrado con el Gobierno y les harían conejo. De hecho, no se desmovilizó hasta marzo del 2006, y lo hizo de mala gana.

Con la persona que mandaron a convencerlo, Mancuso se comprometió a una gestión sin que mediara plata: enviaría a un testaferro, Benito Osorio -más tarde elegido gobernador encargado en Córdoba-, a que hablara con un magistrado que ocupaba un cargo muy destacado en la Corte, amigo suyo, para que apoyara a Iguarán.

Con el dinero de 'Macaco' -entre dos y cinco mil, nada de siete mil, como él clamaba-, sigue el rumor, hicieron unos montoncitos y con un agente de un cuerpo de la policía, entregaron a domicilio a tres magistrados su parte (omito nombres) en el fin de semana donde trocaron las voluntades. Uno de ellos, quisquilloso, contó los billetes uno a uno. Los demás parece ser que dieron el bulto por bueno. En el cuento no cuantificaban los montos.

Cierto que los 'paras' terminaron en USA, y que hay políticos en las cárceles, razones que esgrimen todos para descalificar los wikichismes, pero es solo una verdad a medias porque, por ejemplo, no tuvieron que ver con aquella súbita extradición.

Pero aun tratándose de rumores, tan precisos que unos se antojan verdades, sería una buena ocasión para promover la transparencia en las elecciones de la Justicia, pero partiendo de ellos mismos, los únicos que pueden reformarse. Y que revelen cuestiones como por qué ignoraron la 'parapolítica' varios años. Porque creer que la Comisión de Acusaciones de la Cámara, encargada de investigarlos, hará algo, es un chiste. La Corte Suprema tiene la palabra.

domingo, 6 de marzo de 2011

Muamar, Hugo y Dani

Moisés Naím
Elpais.com




¿Quién hubiese imaginado que Muamar el Gadafi pasaría a la historia como el gran creador de consenso internacional? No es fácil poner de acuerdo a las 192 naciones del planeta. Gadafi lo ha logrado. El mundo entero ha denunciado al dictador libio por masacrar a civiles inocentes. El mundo entero, excepto dos jefes de Estado: Hugo Chávez y Daniel Ortega; el eje de los despistados.

Hasta la Liga Árabe le ha retirado el apoyo a Gadafi. Pero Hugo y Dani, no. Seguramente los convenció Fidel Castro, quien mantiene que la violencia en Libia es culpa de la OTAN, y no de Gadafi. En esto, el dictador libio discrepa de su colega, el exdictador cubano. Según Gadafi, detrás de los disturbios en su país está Al Qaeda. Esta diferencia plantea un problema para Hugo y Dani. Quizás, y para evitar tener que tomar partido por Fidel o por Muamar, concluirán que la desestabilización de Libia es una operación conjunta de la OTAN y Al Qaeda.

Pero quien definitivamente no está de acuerdo con el eje de los despistados es otro de sus aliados: Mahmud Ahmadineyad. "Es difícil imaginar que exista una persona que pueda matar y bombardear a su propia gente. Esto es muy feo... Los exhorto a escuchar a su pueblo y reflexionar sobre sus demandas. La gente debe ser libre y tener poder de decisión sobre su futuro. Todo el mundo está en shock con lo que está pasando en Libia... deben hacer caso al pueblo", declaró el indignado líder iraní. Este es otro candidato al eje de los despistados. Pero por una razón distinta: el pobre Ahmadineyad no parece haberse enterado de que, al mismo tiempo que hacía estas declaraciones, su Gobierno estaba reprimiendo salvajemente a sus opositores -de nuevo-. Cuando descubra que no hay mucha diferencia entre él y Gadafi seguramente tendrá un shock tan profundo como el que le produjo ver la manera en la que el libio trata a su pueblo.

Las tensiones entre Gadafi y Ahmadineyad no son nuevas, y una reveladora manifestación de ellas es que el líder iraní nunca recibió el Premio Gadafi de los Derechos Humanos. Este premio, creado en 1988, se otorga anualmente a quienes "hayan colaborado de forma sublime en la prestación de servicios humanos destacados o en la realización de labores gloriosas en defensa de los derechos humanos" (sic). A Hugo le tocó en 2004 y a Dani en 2009. Unos años después, Chávez correspondió al reconocimiento del libio obsequiándole una réplica de la espada de El Libertador, explicando además que "Muamar el Gadafi es para los libios lo que Simón Bolívar es para los venezolanos". Casi nada.

El presidente venezolano no es el único que ha distinguido al líder libio en el campo de los derechos humanos. El 4 de enero de este año, el Consejo de Derechos Humanos, órgano de Naciones Unidas, publicó su informe sobre Libia. El texto no contiene ni un asomo de crítica al Gobierno de Gadafi y más bien resalta que "varias delegaciones expresaron su reconocimiento al compromiso del país con la defensa de los derechos humanos...". La delegación de Brasil, por ejemplo, enfatizó "el progreso social y económico de Libia y reconoció sus esfuerzos con respecto a personas con discapacidades". Myanmar compartió estos conceptos. Por su parte, "Bielorrusia notó con satisfacción que Libia suscribía todos los tratados internacionales sobre derechos humanos y cooperaba con los organismos de dichos tratados".

La resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas que creó el Consejo de Derechos Humanos establece que, al votar por los países que aspiren a formar parte del mismo, "se debe tomar en cuenta su contribución a la promoción y protección de los derechos humanos". Libia fue elegida con el apoyo de 155 países.

Pero ni siquiera este baluarte de la hipocresía internacional pudo mantener a Libia en su seno. Así, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, después de largas deliberaciones, concluyó que la contribución de la Libia de Gadafi a los derechos humanos había caído por debajo de los estándares aceptables y la expulsó.

Pero Hugo y Dani no abandonan a sus amigos. "No voy a condenar a Gadafi... a mí no me consta que sea un asesino", dijo el presidente de Venezuela.

Y al oír esto me vino a la mente la vieja frase de George Orwell: "El lenguaje político... está diseñado para que las mentiras suenen a verdades y que el asesinato sea respetable".

No; los despistados no son ellos. Son quienes les creen.

sábado, 5 de marzo de 2011

OTRA VEZ ATENTAN CONTRA MI VIDA

Fernando Vargas


Al medio día de hoy, en momentos en que recogía a mis hijos del colegio, atentaron a balazos contra mi vida e integridad. La furia de los sicarios, el odio en sus ojos y el empleo infame de sus armas de fuego, no lograron superar la resistencia del vidrio blindado del vehículo, que protegió mi vida y que no me fue dado por el Gobierno. Solo una organización canalla y sanguinaria, sin escrúpulos, abre fuego en medio de cientos de niños y niñas que a esa hora salían del centro educativo. Gracias a Dios no ocasionaron una desgracia contra la vida e integridad de esos escolares.

Este atentado se produce en momentos en que reclamamos al Gobierno nacional y al Ministerio del interior,que no desconozcan los derechos a las víctimas de las acciones criminales de los brazos armados del partido comunista, en las décadas de 1960, 1970 y 1980. Les molesta sobremanera que sus crímenes queden registrados en la memoria histórica de Colombia; les molesta que sus crímenes pasen por el ejercicio de los derechos a la verdad y a la reparación; Les disgusta que no toleremos sus pactos secretos entre dirigencias liberales y conservadoras, que han traicionado sus bases sacrificadas, para encubrir estos crímenes.

Atentan contra mi vida, en momentos en que reclamamos nuestro cupo, que por ley tenemos como organización de victimas, en la Comisión Nacional de Reparación. Eso tampoco les gusta. No les gusta que reclamemos que la memoria histórica se levante recta, sin sesgos y sin ocultar autorías intelectuales de organizaciones comunistas.

Soy abogado defensor de militares en escenarios judiciales y políticos. Y eso también molesta mucho a esta izquierda seudointelectual violadora de los derechos humanos. Soy abogado asesor y acompañante de las comunidades afrodescendientes que en el Atrato denuncian a las Farc y a las ong´s justicia y paz y otras internacionales, de trabajar en concierto para someterlos y dominar sus territorios. Actúo como representante de victimas y parte civil en el emblemático proceso de la unidad de derechos humanos de la Fiscalía, referenciado como el “2022” que ya ha condenado decenas de milicianos autores de asesinatos contra las comunidades negras en el Atrato y que contiene las denuncias y pruebas contra las ong´s señaladas de actuar en contubernio con las Farc. Y claro, eso tampoco les gusta.

El Gobierno nacional debe garantizar mi vida, mi integridad, y ser garante de los derechos de las víctimas de la guerrilla. Los autores del atentado me son indiferentes, pues son simples brazos armados de una izquierda totalitaria, altamente criminalizada, que pretende con mi asesinato, cubrir de impunidad sus crímenes y levantar a su medida la memoria histórica del conflicto que ellos iniciaron.

Si acaban con mi vida o la vida de mis hijos, la autoría material y mediata está plenamente establecida en este documento. Por su parte, El Gobierno del Presidente Juan Manuel Santos y su vicepresidente Angelino Garzón, antiguo miembro del Partido Comunista y fundador de la UP, serán responsables ante la historia, por acción u omisión.



FERNANDO VARGAS



Presidente Comite Vida Colombia, Bogota

¿Cambalache?

Francisco Javier Saldarriaga
Elcolombiano.com


"Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador".

Hace unos días acusaron a Ramón Ballesteros de compra de testigos y, a su vez, en un allanamiento a sus oficinas encontraron 120.000 dólares, cifra muy abundante de dinero, cuya procedencia debe explicar con claridad a las autoridades, con el fin de aplicar justicia cierta y equitativa para todos los colombianos.

Curiosamente, a este suceso parece que se le está echando tierra, no sé si por las autoridades, pero lo que sí es palpable es la ausencia de noticias nuevas sobre el asunto. En otras circunstancias, o si el implicado fuera un funcionario de la anterior administración, el festín y la duración del escándalo como encabezamiento de los noticieros sería como mínimo de una semana en los medios televisivos y radiales manejados por periodistas sesgados y asentados en la capital del carrusel. Comprar un testigo no es solamente ofrecerle 120.000 dólares para que atestigüe a favor o en contra de alguien. También se puede comprar ofreciéndole rebaja de penas, mejores condiciones en las cárceles, seguridad para su familia y, en fin, de tantas maneras que curiosamente se han aplicado ahora para atacar y desprestigiar personas que no son de los amores de jueces, fiscales, periodistas, capitalinos casi todos, y políticos corruptos e influyentes en esos órganos del poder público.

En verdad, la corrupción es el denominador común.

Pero ahora estamos en manos de la justicia en los medios y estos desde hace rato son los que investigan lo que les conviene, juzgan a quien no les da propina y condenan con todo el amarillismo que los caracteriza a quienes son los infortunados que caen en desgracia con ellos.

De verdad estamos en una etapa de la historia que origina dolor muy profundo en las gentes, que creemos que las leyes, los principios y los valores éticos deben primar sobre las conveniencias personales de aquellos que por cualquier circunstancia pueden incidir en la forma de aplicar la justicia o, peor aún, en los ataques a la integridad y la fama de los colombianos.

Aquí tiene buena fama o no lo atacan si da contratos, pauta en medios o unta a los directores de algunos de ellos; y el resto, sálvese como pueda.

Postre: ¿Cuántos abogados más no estarán incursos en estas prácticas?

Ya se mencionan algunos en los medios independientes y lejanos de las cadenas, afectas al nuevo estilo.

Sobremesa: Aún espero la respuesta al derecho de petición público (8/02/2011) al presidente Santos.

El Ministerio de Justicia

Elcolombiano.com


En su momento, se adujeron más que todo razones presupuestales para unir los Ministerios del Interior y el de Justicia. Según el proyecto de ley que en agosto del año pasado presentó la Administración Santos, y que se discute ahora en el Congreso, los gastos del ministerio fusionado no sólo no se redujeron, sino que aumentaron. No obstante, recordamos que desde gobiernos anteriores muchas voces señalaban que el Ministerio de Justicia estaba huérfano de competencias, y que sus funciones en la práctica se limitaban poco más que a gestionar el inmanejable Inpec.

Las altas Cortes, por su parte, han insistido en la necesidad de revivir esa entidad, "para tener una adecuada interlocución con el Ejecutivo". Nunca se ha explicado bien por qué tal interlocución no se podía tener con el ministro del Interior y de Justicia -cualquiera fuese quien ocupara el cargo-, a no ser que el motivo haya sido de orden "intuitu personae", como gusta decir a los juristas, es decir, de simpatías o antipatías personales, lo cual no sería, entonces, una objeción institucional sino política. Más que un relacionista, el país requiere un hombre o mujer de Estado.

Del proyecto del Gobierno para creación de ministerios y reforma de la administración central, en lo que hace relación al Ministerio de Justicia debe destacarse la creación del sistema único de defensa judicial del patrimonio del Estado, para la asistencia jurídica en los procesos por demandas que, como decíamos en editorial del pasado 19 de febrero, tiene al fisco al borde del colapso.

La implementación de este sistema de defensa puede tomar ejemplos como el del Consejo de Defensa del Estado en Chile, o los abogados del Estado en España, compuestos por profesionales de carrera, de conocimientos técnicos y jurídicos especializados, remunerados según escalas que podrían asimilarse a la de los notarios, y no sujetos al vaivén e intereses cruzados de la politiquería.

El pasado lunes, el ministro Vargas Lleras mencionó algunas de las funciones que tendría el nuevo Ministerio de Justicia y del Derecho: las garantías de acceso a la justicia, la descongestión judicial, mantener y fomentar las buenas relaciones con la rama jurisdiccional, y la garantía de los derechos. Algunas de esas atribuciones, en la actual estructura y organización estatal en Colombia, corresponden privativamente a la propia rama jurisdiccional, como el tema de la descongestión de los juzgados.

Igualmente, Vargas sugirió de paso la posibilidad de que ese ministerio asuma "competencias jurisdiccionales hoy asignadas al Ejecutivo", para que la entidad "salga a ofertar justicia" a los ciudadanos, y se encargue de asuntos propios de las Superintendencias -la Financiera, o la de Industria y Comercio-, concretamente a temas de protección a los clientes del sistema financiero, y de garantías al consumidor.

En sana lógica, el Ministerio de Justicia debería despegar una vez se haya concretado la supresión del Consejo Superior de la Judicatura, para lo cual se requiere reforma constitucional. En cuanto a las competencias hoy asignadas a las Superintendencias, habría que ver si desde el Ministerio, entidad de manejo político, sí funcionarán los procesos administrativos mejor de lo que hoy lo hacen en las entidades de pretendido carácter técnico como las Superintendencias.

La verdad detrás del 'show'

Plinio Apuleyo Mendoza
Eltiempo.com


Muchos colombianos quedamos en vilo cuando leímos en la prensa que la estruendosa desmovilización del contingente de las Farc llamado 'Cacica Gaitana', hace hoy cinco años, había sido una farsa. Uniformes nuevos, armas de utilería teatral, un comandante de boina roja y cola de caballo al frente de hombres sacados nadie sabe de dónde y presentados como guerrilleros: tal es el cuadro que nos ha sido pintado. La denuncia, hecha por un ex guerrillero llamado José Alfredo Pacheco y por otro recluso, busca poner en la mira de la Fiscalía al entonces comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo, a un general y a un coronel. Y, de pronto, al propio Uribe.

¿Será cierto? Como existe hoy en el país un rentable comercio de testigos, tengo una desconfianza visceral por los que aparecen años después del suceso que denuncian. Así que resolví hacer mi propia indagación.

Hablé, en primer término, con mi amiga holandesa Liduine Zumpolle, una mujer incuestionable, apostólica, consagrada al frente de Manos por la Paz Internacional a facilitar la integración de los desmovilizados. Liduine me recordó que Olivo Saldaña, a quien protegió durante años antes de verlo como autor de oscuros manejos, ha sido acusado ante la Fiscalía de haber recibido dinero de un narco para infiltrar cómplices suyos dentro de la desmovilización de la 'Cacica Gaitana'. Todo esto -dice Liduine- a espaldas de Felipe Salazar (el Biófilo de la boina roja y la cola de caballo que comandaba el grupo), a quien aprecia y tiene por hombre valeroso y honrado.

Yo también, la verdad sea dicha. Felipe, un joven culto e inteligente a quien conozco desde cuando se desmovilizó, ha revelado en escritos y conferencias en universidades y centros militares, con peligro de su vida, la estrategia clandestina de las Farc. En el 2002, siendo un brillante dirigente de la Juventud Comunista, fue llamado por Alfonso Cano, entonces radicado en el Caguán, para que formara parte del recién fundado PC3 (Partido Comunista Colombiano Clandestino). Como tal, trabajó en Bogotá en células que hábilmente infiltraban universidades, medios de comunicación o el Poder Judicial. Felipe cumplía las instrucciones de Cano de no revelar nunca su identidad ideológica y de mantener su perfil de estudiante (de ahí su cola de caballo). A los cuatro años de esa labor, Cano lo llevó al monte para que, como comandante político, junto con un médico y una periodista, manejara una emisora de las Farc, sus comunicaciones con ONG europeas, y dictara cursos de adoctrinamiento a los guerrilleros. La aversión que le cobró Jerónimo, un comandante de las Farc empeñado en provocar su muerte enviándolo a zonas de alto riesgo, fue la causa de su deserción.

Felipe me contó cómo, al frente de 52 compañeros, eludiendo la amenaza de las Farc, se había desplazado desde el cañón de Las Hermosas buscando garantías para su entrega. Luego de recibir a petición suya la visita del coronel Castellanos y de dos enfermeras, y de hablar por teléfono con el Comisionado de Paz, decidió entrar a La Tebaida. "La mía y la de mis 52 compañeros fue una limpia desmovilización -me dijo-. No hubo farsa alguna. Las armas eran reales. Nada supimos de la avioneta. Gracias a una casa que dos días antes nos brindó el ejército, pudimos lavar nuestros uniformes. Ahora bien, puedo responder por mis compañeros y no por los 10 hombres -supuestas Milicias Bolivarianas- que aquel día hizo llegar Olivo Saldaña con su hermana."

Todo esto se lo contó Felipe, durante seis horas, a una redactora de Semana. Pero el editor de la revista no tomó en cuenta lo referido por él. Prevaleció la primicia mediática, el vistoso show del falso contingente guerrillero. No hay duda: la desinformación disfrazada de información es otro problema nacional.

viernes, 4 de marzo de 2011

Cuidado con la puerta de la paz

Cristina De Toro R.
Elcolombiano.com

Luego de la farsa, La Rayita (la de las coordenadas, protagonizada por la exsenadora y el narcoterrorista barbiespeso), y de la comedia Haciendo la Paz de Colombia , estrenada la semana pasada en Buenos Aires (Argentina), no queda ninguna duda de que los narcoterroristas de las Farc y del Eln, con el patrocinio de la izquierda y de los comunistas anacrónicos, han emprendido una agresiva campaña de exposición mediática con el objetivo de conseguir, a como dé lugar, su legitimación.

Cuándo será que esa pléyade de charlatanes y charlatanas del Socialismo del Siglo XXI, que se reunió en el foro de Buenos Aires, dizque para diseñar la paz de Colombia, entiende que los colombianos estamos hartos de su alcahuetería, sus engaños y de su desfachatez. Sabemos, aunque insistan en justificar su existencia para beneficio del pueblo, que su asociación tiene como fin lucrarse y satisfacer sus propios intereses políticos y económicos.

Cuándo el país estuvo sumido en el más profundo abismo de su historia, el del horrendo e incesante tronar de carros bomba; el de la pesadilla de las pescas milagrosas y el permanente asalto a pequeñas e indefensas poblaciones que saqueaban y bombardeaban con cilindros de gas; aquellos días aciagos en los que los secuestros eran tantos que hasta perdíamos la cuenta (más de 3.500 por año), etc. ¿dónde se encontraban todos esos falsos gestores de paz, esa izquierda de pacotilla?

Sí, esos mismos que se fueron a decir en Buenos Aires que en Colombia ahora las cosas están dadas para comenzar un proceso de paz, o como lo manifestó el expresidente Samper (invitado especial), que "los astros como que se encontraron para dar una luz a la reconciliación".

Nada bueno están tramando con esas insidiosas afirmaciones, todo eso es tan desfigurado como el viejo video del alias Alfonso Cano (de mediados de 2010), que la exsenadora, destituida, presentó como gran primicia.

La única verdad es que el momento adecuado para diseñar la paz de Colombia no ha llegado. Éste se dará cuando los narcoterroristas demuestren con hechos su disposición y buena fe, el día que entreguen a todos los secuestrados, que depongan las armas y se desmovilicen.

La experiencia adquirida en anteriores negociaciones nos enseñó a ser muy escépticos, a no volver a creer en zonas de despeje ni en el aval de figurones, como el premio Nobel de Paz, Adolfo Pérez Esquivel, que piensa que "… Cuba es un ejemplo para todos los pueblos del continente y del mundo y es necesario que tengamos el coraje de apoyar al pueblo cubano y a su revolución".

Es necesario, entonces, que el presidente Juan Manuel Santos, se mantenga alerta y no afloje, por ningún motivo, en la Política de Seguridad Democrática. Los marrulleros narcoterroristas y sus patrocinadores saben dónde están las llaves de la puerta de la paz y ya empezaron a abonar el terreno internacional para presionar su apertura.

¿Cuánta mayor presión necesita?

Elmundo.com

Cada día aumentan las voces que reclaman a la administración Obama que se decida a presentar al Congreso el proyecto de ratificación del TLC con Colombia, y aunque tales presiones provienen de sus propios partidarios y no sólo de la oposición, la respuesta hasta ahora ha sido evasiva y hasta irrespetuosa con nuestro país.

Miremos en retrospectiva lo que ha pasado, sobre todo desde mediados de febrero, cuando nuestro embajador en Washington, Gabriel Silva, dijo que Colombia comenzaba a perder la paciencia y sugirió que si no había una voluntad política de llevarlo al Congreso para su ratificación este mismo año, lo más probable sería que desistiéramos del tratado y buscáramos otras alternativas. Aun cuando aquí hubo dardos contra el embajador y algunos calificaron sus palabras como imprudentes y contrarias a la posición oficial del gobierno Santos, su efecto fue inmediato sobre la opinión ilustrada norteamericana.

A los pocos días de aquel pronunciamiento, una delegación de empresarios visitó el país y paralelamente lo hizo una comisión del Departamento de Comercio, dizque para “clarificar la situación de Colombia”, según dijo el subsecretario adjunto del Departamento de Estado, Matthew M. Rooney. Los comisionados se reunieron con sindicalistas, ONG y miembros del gobierno. Parecía extraño que burócratas expertos en comercio vinieran aquí a examinarnos en materia de “violencia sindical y normas laborales”, pero el propio señor Rooney se encargó de aclarar que “se trata de un proceso político (la ratificación del TLC) y se resolverá dependiendo de lo que descubra (¿?) esta misión en Bogotá y su análisis de la situación”. Es claro el ánimo dilatorio de la administración Obama, y también su injerencia en asuntos internos de Colombia, pues aquí, para aprobar y ratificar el tratado no exigimos cuentas acerca de lo que allí se hace en materia sindical o laboral.

El 18 de febrero, el senador republicano Dick Lugar divulgó un comunicado en el que dijo haber sostenido una conversación con el presidente Santos: “Le expresé mi frustración sobre la incapacidad de la Administración de delinear una vía clara para la ratificación de este acuerdo”; advirtió que “si este acuerdo va a ser ratificado, tendrá que ser este año, o de lo contrario no se hará en un futuro previsible” y acusó a Obama de estar “arrastrando los pies (sobre este asunto) y eso le está costando empleos a Indiana y a Estados Unidos”.

El 21 de febrero fue The Economist el que enfiló sus críticas contra la Casa Blanca. Coincidiendo con lo que aquí advertimos en el editorial del 17 del mismo mes (“No es el fin del mundo”), en un tono coloquial pero incisivo el influyente diario escribe que Colombia podría poner sus ojos en China como primer socio comercial y dejar a EEUU ‘viendo un chispero’”. Habla de “los malos detalles con la nación más pro-estadounidense de Sudamérica” y concluye que “a Colombia se le debe estar colmando la paciencia con ese socio tan ‘falseto’”. El senador Max Baucus, demócrata, presidente del Comité de Finanzas del Senado, estuvo en Colombia el 25 de febrero, y reconoció que la administración Obama “ha demorado mucho la aprobación del TLC y pierde la oportunidad de aumentar lo que ya tiene en Colombia y, además, está perdiendo mercado y liderazgo en la región”.

Por último, ayer se conoció una carta al presidente Obama, suscrita por 18 altos ex funcionarios de las administraciones Ford, Carter, Reagan, Bush, Clinton y George W. Bush, en la que le dicen redondamente que la no ratificación de los TLC con Colombia y Panamá, “dos aliados fuertes y confiables, conducirá a una disminución aún mayor de nuestro porcentaje del mercado en América Latina y más pérdida de empleo en EEUU” y, además, señalan que no hacerlo “pone en riesgo no sólo las relaciones con estos dos países sino con todo el hemisferio”.

Que toda esa inmensa presión haya resultado hasta ahora ineficaz, no hace sino confirmar la mala voluntad hacia Colombia de parte del señor Obama y es una realidad con la que nos vamos a tener que conformar por el resto del período y habrá que cruzar los dedos para que no lo reelijan. Pero en política se buscan resultados y si finalmente se aprueba el TLC, bienvenido sea. Si no, habrá otros interesados en ocupar esos espacios comerciales, no necesariamente en condiciones iguales a las negociadas con EEUU sino, de pronto, hasta mejores.

jueves, 3 de marzo de 2011

El fenómeno Uribe

Mario Fernando Prado
Elpais.com.co

¿Quién me explica el porqué un ex presidente que dejó el Palacio de Nariño va para 7 meses, que no tiene cuotas burocráticas en el actual Gobierno y, peor aún, que las que tenía se las sacaron, que además cuenta en los altos cargos con opositores a su régimen, que, por si fuera poco, no tiene ni prensa, ni revistas, ni telenoticieros, ni noticieros, al que le han montado una perseguidora implacable e infame, del que denostan los más encumbrados calumnistas, diré columnistas y cuyo gobierno está en la mira de todas las ías y hasta la CIA, del que afirman que robó y mató y ni para que sigo… Quién me explica el porqué de la popularidad y favorabilidad de Álvaro Uribe Vélez?

Es increíble que en la última encuesta de Invamer Gallup esté por encima del actual Presidente, hombre conocedor y preparado con un equipo de lujo y quien tiene comiendo de la mano a los directorios, a los políticos, a los medios y hasta a los gremios y empresarios (esto último gracias entre otras cosas a los buenos oficios de Angelino).

¿Cómo se explican que sólo esté por encima de Uribe el general Naranjo que también tiene a su favor el beneplácito del país entero?

Y para muestra un botón: El Taller Democrático de Cali el pasado sábado. El máximo salón del Hotel Dann Carlton con capacidad para 900 cráneos debió soportar a más de 1.500 personas que no cabían en el recinto sin contar con las que no pudieron ingresar, las que se quedaron en los pasillos y las que afuera en la calle clamaban por ver a quien siguen llamando presidente Uribe.

Y no eran buscapuestos ni enviados de los directorios. Eran simplemente simpatizantes de ese personaje que revolucionó la política colombiana y hoy, como simple ciudadano, sigue -con todo su derecho- interviniendo en el devenir de nuestra democracia.

¿Que es altivo y contestatario? Genio y figura. No traga entero y habla duro, pero ojo: no denigra ni critica a su sucesor. Por el contrario, con inmenso respeto y diamantina prudencia no cae en la celada que le tienden los periodistas interesados en halarle la lengua.

Volviendo a lo de Cali -que ha sido por décadas el termómetro social de Colombia- queda claro que al ciudadano Uribe le preocupan más los temas inherentes a la seguridad, el desempleo, la vivienda y la educación, que el inclinarse así porque sí a favor de personas. Primero los programas y después los candidatos. De ahí que algunos(as) salieron con el rabo entre las piernas pensando que les iba a dar la bendición al calor de las consignas y los pregones.

Magnífico para este país sin líderes que exista la reserva democrática de un Álvaro Uribe que, sin ser presidente, conserva alrededor de su nombre a millones de colombianos del común a quienes no les importan las zancadillas perversas de sus gratuitos enemigos que lo calumnian, lo enjuician, lo condenan y lo quieren ver enredado en manos de la justi-política.

¿Dónde está el poder de los medios y la influencia de los opinadores? ¿Dónde está el rechazo que dicen existe de las comunidades rurales y urbanas? ¿Dónde está la oposición antiuribista que sigue derrotada y apabullada por la vox populi? ¿Será que el fenómeno Uribe apenas arranca para bien de la patria y de la democracia?

miércoles, 2 de marzo de 2011

Gadafi, Chávez y la “Revolución del Jazmín”

Humberto Montero
Elcolombiano.com

Mohamed Bouazizi se prendió fuego y cambió para siempre la historia. La desesperación más absoluta llevó a este joven mártir tunecino a inmolarse ante el Ayuntamiento de Sidi Bouzid, un pequeño pueblo alejado de los circuitos turísticos, después de que le confiscaran su puesto de frutas y verduras, la única fuente de ingresos para su familia pese a su paso por la universidad. Tenía 26 años y pertenecía al 40% de población árabe (140 millones de personas) cuya existencia se desarrolla por debajo del umbral de la pobreza, esa delgada línea de la que nos separa, a todos, un simple tropiezo.

Mohamed Bouazizi reventó de frustración el pasado 17 de diciembre, el día que las llamas envolvieron su piel para prender en todo el mundo árabe. Murió el 5 de enero, después de haber recibido la visita del por entonces sátrapa tunecino Ben Alí.

El heroísmo de Bouazizi, como el de Orlando Zapata en Cuba, fruto de la imposibilidad de protestar más que con la propia vida, amenaza más que nunca con acabar con quienes creen que han sido tocados por Dios, Alá o la Fortuna para regir nuestros destinos. No hablo sólo de tiranos, ayatolás o emires, hablo también de cuantos creen que nuestros votos les conceden carta blanca para hacer y deshacer a su antojo, aquellos que piensan que los coches oficiales, los billetes en primera, las salas VIP, las "mordidas" y los banquetes forman parte de su ya de por sí abultado sueldo. Hablo de aquellos a los que les molesta ver un pobre mendigando en las aceras mientras pasan a toda velocidad por calles cortadas a su paso. Hablo de cargos públicos aunque podría hablar también de los miles de directivos, deportistas o banqueros, entre otros afortunados, cuyos sueldos obscenos no reflejan su valía. La acumulación de capital, básica para el progreso, tiene un límite aunque no seré yo quien lo ponga. Es una cuestión de conciencia. No todo vale con el pretexto de que es el dios mercado quien rige nuestra existencia.

Quizá por ello, algunos líderes avispados han reaccionado con rapidez para evitar contagios a los que, pese a todo, siguen expuestos. Chávez es uno de ellos. El caudillo bolivariano, tirano como Gadafi por mucho que celebre mil elecciones más, ha accedido a liberar a algún preso político y a mejorar las condiciones en prisión de otros para poner fin a la huelga de hambre que unos jóvenes universitarios mantuvieron durante 23 días hasta hace una semana. En lo que va del año, a Chávez se le acumulaban 31 huelgas de hambre, síntoma inequívoco de la conflictividad del país y de la tendencia a las medidas extremas a la hora de hacer reivindicaciones. En 2008 se produjeron en Venezuela 1.763 protestas, 2.893 en 2009 y 3.315 en 2010. Sólo en estos dos meses se acumulan 408 actos contra la situación que se vive en el país. Ningún régimen, por mucho que el barril de petróleo se ponga por las nubes, puede aguantar eso.

Más de la mitad de la población de Venezuela tiene menos de 34 años (el 30%, menos de 14), con una tasa de paro cercana al 20%, en una economía marcada por la informalidad. Su PIB cayó un 3,3% en 2009 y un 1,4% en 2010. El futuro se presenta negro y espeso para la juventud venezolana como el crudo que el régimen sigue dilapidando. Una juventud hastiada y conectada 24 horas a Internet. Todos los condicionantes para que la "Revolución del Jazmín" salte a Venezuela.

Wikileaks y la 'Operación Jaque'

Álvaro Uribe Vélez
Elcolombiano.com

Los wikileaks dan para pensar de todo: cuánto grado de superficialidad existe en la diplomacia del país más poderoso, hay fuentes directas y rumores, lanzan versiones no confirmadas, algunos de los mencionados responden por los wikileaks, otros los ignoran, varios acuden a explicar temas a las embajadas de los Estados Unidos y no a las autoridades del respectivo país, etc.

Pero hay un caso interesante: la Operación Jaque del Ejército colombiano, que rescató a Íngrid Betancourt, a tres norteamericanos y a un número importante de integrantes de las Fuerzas Armadas, secuestrados por el grupo narcoterrorista Farc, ha sido cuestionada por algunos que interpretan wikileaks. Por eso en estas líneas se hace un somero recuerdo.

El Gobierno que presidí tuvo varios instructivos que, cuando se cumplieron, dieron buen resultado. Se exigió que el propio Gobierno detectara la corrupción, la denunciara y sancionara antes de que las revelaciones llegaran de afuera; y, sobre los éxitos y fracasos de las operaciones militares, la norma fue decir exclusivamente la verdad y el Presidente de la República siempre asumió la responsabilidad por las dificultades.

Basta recordar que ante la infausta noticia del asesinato del Gobernador de Antioquia, del exministro Gilberto Echeverry, y de un número plural de oficiales militares y policivos, por parte de los terroristas de las Farc cuando se adelantaba una operación de rescate, en el avión que nos transportaba de Cali a Rionegro alguien preguntó: '¿qué vamos a decir?'

Yo abrí los ojos, que venían apretados por el dolor, y afirmé: "solamente la verdad". Así se hizo en la noche de aquel día y asumí la responsabilidad. Era natural la división entre quienes compartían y rechazaban la operación de rescate, pero la veracidad de nuestra versión no se discutió.

Entre 2002 y 2008 trabajamos todos los días por el rescate que se dio con Jaque, en medio de una dura crítica nacional e internacional que nos exigía el camino, que no compartíamos, de trueque tradicional con los terroristas. Mantenidos en la línea de no estimular el secuestro y de no fortalecer a los criminales, propusimos muchas alternativas.

Ofrecimos no extraditar a Simón Trinidad y a Sonia si los terroristas liberaban a los secuestrados, propusimos beneficios jurídicos, ubicación en el exterior y recompensa pecuniaria a los terroristas que desertaran y trajeran consigo a los secuestrados. Isaza , integrante de las Farc, aceptó esta oferta y sacó del cautiverio al Dr. Óscar Tulio Lizcano. El Gobierno cumplió la palabra.

En algún momento, bastante anterior a Jaque , se capturó a una mujer, al parecer, compañera de César, verdugo responsable material del cautiverio de la Dra. Íngrid. Nosotros en el Gobierno teníamos la disposición de buscar beneficios a la mujer arrestada e incluso a César , si liberaban a los rehenes. Pero en esto nada se avanzó.

En febrero de 2008 estuvimos a punto de hacer un cerco militar humanitario en la selva, pero a los secuestrados los sacaron por una trocha y perdimos la pista por un tiempo. El abatimiento de Raúl Reyes eliminó el control que éste ejercía para impedir la liberación o el rescate, y, además, facilitó que la inteligencia del Ejército interceptara y suplantara las comunicaciones entre Jojoyy César , elemento crucial en Jaque. La Operación tuvo como Plan B un cerco militar humanitario para el evento que los terroristas impidieran que la Dra. Íngrid y los compañeros abordaran el helicóptero del rescate. Asumí responsabilidad previa y expresa sobre los riesgos de esta decisión que tomé frente a la alternativa de permitir que los regresaran a la selva.

Le conté al Canciller de Francia que estábamos ante la posibilidad de un cerco humanitario, sin informarle de Jaque , lo invité a que estuviera listo para entrar a exigir la liberación en caso de darse el cerco, respondió con determinación y me autorizó llamarlo al teléfono de su residencia en París. Por supuesto, no hubo necesidad de ejecutar el Plan B.

Jaque fue concebida por la inteligencia de nuestro Ejército, dirigida por el General Mario Montoya, supervisada por el General Fredy Padilla, aprobada por el Ministro, nuestro Presidente Juan Manuel Santos, y siempre animada por mí, con mi previa asunción de toda la responsabilidad frente al riesgo. No hay una sola posibilidad de cuestionar el ejemplo mundial de nuestro Ejército.

martes, 1 de marzo de 2011

Chávez-Gadafi: vidas paralelas

Humberto de la Calle
Elespectador.com


AUNQUE FALSA, LA VERSIÓN DE QUE Gadafi había huido de Libia y se había refugiado en Venezuela contaba en su favor con un paralelismo alucinante entre el dictador libio y el presidente venezolano. Hay cerca de una decena de coincidencias profundas.


Ambos nacieron en cunas humildes. Gadafi viene de una tribu beduina del desierto de Sirte y Chávez de Sabaneta, donde nació en medio de una situación precaria que sólo se vio medianamente aliviada cuando dejó el hogar materno para colocarse bajo el cuidado de su abuela. Los dos vieron en el ejército un camino al ascenso personal y social. Pero luego, durante su paso por la milicia, ambos crearon grupos de oficiales rebeldes. Los “Comacates” fue el nombre del embrión chavista, muchos de cuyos integrantes aparecerán después en el intento de golpe contra Carlos Andrés Pérez. Los Oficiales Unionistas Libres acompañaron a Gadafi en el golpe de estado triunfante, por medio del cual desalojó al rey Idris I y se apoltronó en el poder desde 1969.

Ambos se nutrieron en su juventud en ideologías nacionalistas. Nasser y Boumedian fueron mentores intelectuales de Gadafi, al paso que Chávez se inspiró en su Bolívar personal y en Ezequiel Zamora, líder izquierdista cuyo lema fue: “Tierras y hombres libres. Horror a la oligarquía”.

Desde el poder, ambos acudieron a las nacionalizaciones, al ataque a la propiedad privada y a una política marcadamente antioccidental. Gadafi despojó a los norteamericanos y británicos de sus bases militares, expropió a judíos e italianos y tomó para el Estado el petróleo. Chávez ha hecho de las expropiaciones punitivas un instrumento de su política.

Es claro que Chávez se inspira en el Libro Verde de Gadafi. Paso a paso ha seguido esa hoja de ruta: desmonte de las instituciones de la democracia representativa, invocación permanente de la democracia directa, creación de comités populares que dominan a la sociedad en sintonía directa con el líder. Para desembocar, en ambos casos, en un socialismo personal.

Son líderes estruendosos, exóticos, que buscan deliberadamente descrestar al burgués, sin alejarse realmente, pese a una y otra boutade, de una fría estrategia para preservar y expandir su poder.

Ambos gozan del dinero del petróleo. Los dos acuden sin pudor al nepotismo. Los Chávez se han paseado por toda la fronda burocrática, mientras Gadafi preparaba la sucesión en cabeza de Sayf al-Islam al-Gadafi, su hijo, designado como su único heredero político.

Si algo faltara, como una especie de rúbrica de esta amistad insondable, Chávez entregó a Gadafi la réplica de un verdadero tesoro nacional. En efecto, en 2009, al imponerle la Orden del Libertador, máxima distinción que otorga Venezuela, le regaló la espada que la municipalidad de Lima había entregado al libertador Bolívar.

Dijo en aquella ocasión:

“Compañero presidente, esta es la réplica de la espada que libertó América hace 200 años. Es una joya, se la regalaron los pueblos a Bolívar (…). Esta espada está viva y hoy anda por América Latina. En nombre de nuestro pueblo, de la revolución bolivariana, te la entrego a ti, soldado revolucionario, líder del pueblo libio, de la revolución libia, de los pueblos de África y líder también para los pueblos de América Latina”.

El silogismo de Pérez Esquivel

Raúl Lombana Hernández

A propósito, antes de seguir con la reflexión, la impresión que deja el premio nobel de paz luego de analizar a los premiados es que parece ser un galardón que rifan en un bazar, debido a que siempre se lo otorgan a personajes “exóticos”. Aún más, por entregárselo a cualquiera lo han convertido en el premio “cenicienta”. Peor aún, lo han convertido en bagatela. La entrega de estos galardones produce extrañeza en casi todos los casos, debido a que las acciones en las que han participado los homenajeados y que han motivado el premio en su mayoría son fútiles. Es decir, este premio no parece ser fruto de logros tangibles y verdaderos sino que parece ser un premio de consolación entregado para llenar requisitos. Para estallar en risotadas, inclusive, hasta en un tiempo sonó Teodora de Bolívar como candidata a ganárselo: ¡Tremendo Disparate! 


Ahora bien, desde hace un tiempo para acá, el nombre del premio Nobel de Paz, Adolfo Pérez Esquivel, ha venido cobrando un protagonismo inusitado en nuestro país. Su imagen caricaturesca ha venido tomando una relevancia en los medios de comunicación colombianos. Esta reiterada presencia del susodicho se ha venido llevando a cabo por el ataque sistemático que ha venido realizando en contra del ex presidente Uribe. 


Al caricaturesco personaje, la izquierda retrógrada latinoamericana lo ha venido usando como caballito de batalla para enfrentárselo a quien en el pasado desenmascaró la ineptitud de los gobernantes de izquierda de la región y que fue el artífice de la debacle de la organización narcoterrorista de las FARC. Es decir, ante la incapacidad de los gobernantes afines ideológicos al grupo terrorista de ser contradictores de talla del ex presidente Uribe, ahora han querido recurrir a una figura que lo arropa un premio nobel de paz. Precisamente, del que se había dicho anteriormente que era un premio de bagatela. Para el pueblo colombiano este es un premio chatarra. 


El nobel de paz, Pérez Esquivel, está incurso en un silogismo perverso. Su participación activa en el grupo subvencionado por las FARC con dineros fruto de secuestros y del negocio del narcotráfico y cuyo propósito es el de torpedear los logros del ex presidente Uribe, principalmente por el desmoronamiento de esta estructura criminal, conducen a plantear el siguiente razonamiento deductivo: 


Primera premisa: Teodora de Bolívar es miembro de las FARC.

Segunda premisa: Pérez Esquivel es amigo de Teodora de Bolívar.

Conclusión: ¿Pérez Esquivel es miembro de las FARC? 


Lo peor que le ocurrió a la izquierda latinoamericana fue la permanencia de Álvaro Uribe Vélez en el poder. Durante los ocho años que éste ejerció como presidente de Colombia, fueron muchos los eventos que desnudaron la mediocridad de los gobernantes amigos de las FARC. Organización ésta que parece haberse convertido en su brazo armado. Basta con echar un vistazo al pasado y hacer un listado de estos mandatarios para entender el cambio de estrategia. Los enfrentamientos ideológicos que se dieron en la OEA y UNASUR, principalmente, ratificaron cuan bajo han caído los gobiernos de esta parte del hemisferio. El ex presidente Uribe se les convirtió en un escollo insuperable, de ahí que ahora pretendan minar su credibilidad utilizando a un Nobel. 


Pues bien, en esta nueva estrategia la credibilidad del Nobel ha quedado en entredicho. Aún más, su pertenencia ideológica a un modelo revaluado hasta en la tierra que lo parió desdice mucho de alguien que alguna vez fue laureado con el premio chatarra. Peor aún, su connivencia, que parece ser subvencionada con dineros del narcotráfico, con las FARC y sus amigos para atacar sistemáticamente al ex presidente Urbe y en la cual se apela a la mentira raya en lo grotesco. 


Ver a un Nobel de paz haciéndole el trabajo sucio a las FARC, motiva a que las directivas del Nobel hagan un pronunciamiento al respecto. 


No se puede usar el Premio Nobel de Paz como una patente de corso para legalizar las acciones terroristas de las FARC. 


No se puede usar el Premio Nobel de Paz como un instrumento de guerra política e ideológica por parte de una organización criminal. 


El laureado en el año 1980 lastima de mala manera la imagen del Comité Nobel del Parlamento Noruego, quien es la que decide la entrega del premio. Esta organización debe hacer un acto de contrición, así como lo hizo Alfred Nobel inventor de la dinamita invento éste por el cual se abochornó debido a su uso en la guerra, y por lo menos hacer un pronunciamiento público sobre el particular. 


Las actuaciones del Nobel lastiman a los millones de colombianos víctimas de esta organización criminal que ha enlutado a los hogares colombianos. 


No se entiende de otra manera su deseo perverso de ubicarse del lado de los instigadores del odio. De los que se han alimentado del dolor del pueblo colombiano. 


No se entiende de otra manera su deseo mezquino de lucrarse de actividades que pretenden deslegitimar a un ex presidente que es apreciado y recordado su legado por la inmensa mayoría del pueblo colombiano. 


No se entiende de otra manera su deseo ruin de usar el Nobel como una chapa para santiguar la caterva de oprobios que pretenden tergiversar el legado del ex presidente Uribe. 


Así que el Nobel de Paz ratifica que este galardón no se entrega de manera acuciosa. Parece ser que este se entrega por el resultado de una rifa. Parece ser que éste se entrega como premio a una caricatura denominada paz.