Esta no es solo una percepción ciudadana, es hoy, una realidad en todo nuestro país. De frontera a frontera, de costa a costa. Escuché hace unos días, el mensaje desesperado de un campesino del Departamento del Guaviare, afirmando que, están muy alarmados de vivir nuevamente los terrores de épocas pasadas, como hace 8 o 9 años, antes del inicio del Gobierno del Presidente Uribe, con la presencia de la guerrilla, de las bandas criminales, de delincuencia organizada, y delincuencia común. Regresaron el secuestro, la extorsión, el abigeato, el atraco, los homicidios, etc. sin que se vea una política agresiva de contra ataque, por parte de las autoridades a estos grupos terroristas y delincuenciales. Afirmaba que, esas épocas felices de paz y tranquilidad, de los últimos 8 años, habían desaparecido. Les duró poco, lo que tantos años anhelaron
Días después, fueron los Gobernadores de los departamentos de frontera, que tienen límites con el vecino país de Venezuela. Las guerrillas de las FARC y el ELN, pasan a Colombia, cometen los secuestros y las extorsiones, y regresan a Venezuela. Lo que llaman las fronteras porosas. Las víctimas, fundamentalmente Ganaderos, Hacendados y pequeños Comerciantes.
Pero no paró en tan pocos días, la información sobre el avance de la inseguridad. En una emisora de la capital, el Presidente de Fedegan José Félix Lafaurie, informaba lastimosamente, sobre el proceso tan agresivo de secuestro de ganaderos, en todo el país. Dio nombres y apellidos de estos afiliados suyos, que han sido secuestrados en los últimos meses. Quiere decir, que con la liberación de los 5 secuestrados en los próximos días, no vamos a tener una menor cifra de colombianos para liberar. Todo lo contrario, lastimosamente el número de ellos, ha aumentado considerablemente.
Para continuar en el mismo proceso, el sábado pasado en la Capital de la República, 10 delincuentes fuertemente armados, con armas de largo alcance atracaron a plena luz del día, el colegio del Rosario de Santo Domingo, ubicado a dos minutos de una de las estaciones de Policía, mas importantes. En el colegio se encontraban los padres de familia con sus hijas, comprando los útiles de estudio para este año, al igual que las monjas y personal del colegio. La Policía, no obstante las múltiples llamadas, hechas por los padres de familia desde sus celulares, llegó 30 minutos después, cuando ya para qué. La ciudadanía se queja permanentemente, de la inoperancia de esta entidad al no dar respuesta oportuna al llamado urgente, ante la comisión de un delito. El director de la Policía Nacional, y el comandante de la Policía Bogotá, informaron a la ciudadanía, tener en cuestión de horas, identificados y detenidos a los delincuentes. Han transcurrido ocho días del asalto, y hasta ahora nada. Ojala nunca se repita este acto demencial o uno similar al del Club El Nogal, de ingrata recordación para los capitalinos y para el país.
Todos estos actos, no son esporádicos, es el avance progresivo del terrorismo y de la delincuencia organizada.
Y hay más, en esta última semana, en el departamento de Arauca, la guerrilla emboscó a una patrulla del ejército, dejando 27 soldados heridos, algunos de ellos de gravedad, y a quienes estos terroristas iban a rematar después de la explosión del carro bomba. Volvemos a tener épocas de ingrata recordación.
Finalizando esta semana, la delincuencia urbana, destruyó una estación y un bus de Transmilenio. Con sevicia, con brutalidad, con maldad, lo hicieron. El bus venía haciendo ruta y con pasajeros en su interior, y estos desadaptados, con ladrillos y piedras, empezaron a destruirlo. La policía no apareció. Como lo mostraron los noticieros de televisión, los vándalos tuvieron todo el tiempo, para ensañarse en la destrucción de esto. Los camarógrafos los filmaron y la autoridad no apareció. Ya hubo detenidos, y un juez los dejó en libertad. El ministro del interior afirma que la justicia en Colombia si funciona. Para la muestra un botón. Estos casos se repiten cada día con secuestradores, homicidas, atracadores, etc.
Ahora bien, en consideración a lo anterior, se preguntan los ciudadanos que está pasando, con el deterioro progresivo de la seguridad democrática. Pues bien, lo anterior, no es consecuencia de lo que a continuación voy a mencionar. El diario El Tiempo, en un informe detallado, informó sobre la reducción de recursos, por parte de los EE.UU. al plan Colombia, punto pactado desde un inicio en dicho convenio. Esto obviamente afecta a nuestras Fuerzas Militares, a tal punto que, y como ejemplo entre otras cosas, se suspende la construcción de 8 batallones en diferentes lugares del país, como lo anunció el Ministro de Defensa, Rodrigo Rivera. También se reducirá el uso de combustibles, para aeronaves distintas a las de combate. Volvemos a la pobreza de antes, cuando hoy más que nunca, necesita el país un refuerzo en la ofensiva de las Fuerzas Militares, contra el terrorismo. Se puede cambiar el estilo, pero no las políticas de estado, como la exitosa, de la “Seguridad Democrática” del Presidente Uribe.
Pero no todo es negro, no todo puede ser negativo, hay que buscarle la salida a esta situación. Pues bien, habiendo entregado ya la Corte Constitucional, el fallo declarando inexequible el acuerdo suscrito entre Colombia y los EE.UU., para el uso de las bases militares Colombianas, por parte de personal y aeronaves de ese país, para el control del tráfico de estupefacientes, con equipos de última generación, debería entonces el gobierno del Presidente Santos, presentar al Congreso de la Republica, un proyecto con carácter urgente, para su trámite y aprobación, por parte del mismo. Esto nos traería recursos, tecnología, mejoramiento de las bases, permanencia de estas aeronaves y equipos, cumpliendo tareas muy importantes para nuestra Seguridad Nacional, entre otras, labores de inteligencia y patrullaje, compensando así, los faltantes derivados del plan Colombia, en infraestructura, autonomía de operaciones, y todo bajo el comando de oficiales Colombianos, con el apoyo de tripulaciones gringas. Por eso el tratado, tuvo tantos enemigos y contradictores, con un bien planeado proceso de desinformación a la opinión pública.
Ya vimos en el pasado que, ninguno de nuestros países vecinos, a excepción de Perú y Chile, nos dieron el apoyo necesario, cuando el Sr. Chávez puso el grito en el cielo y convocó a Unasur, por la firma del convenio de Colombia con los EE:UU, para la utilización de las ya mencionadas bases militares Colombianas, y así someter a Colombia, a un proceso de ataques sin sustento alguno, y de intervención indebida en nuestros asuntos internos, violando así nuestra soberanía nacional, mientras Venezuela y Brasil, estaban firmando convenios para suministro de aviones de guerra, misiles, tanques de guerra, buques de guerra, etc., el primero con Rusia y el segundo con un tercer país, sin que pasara nada, y no hubiera escándalo por parte de los países miembros de Unasur, por procesos anormales de armamentismo, en cabeza de estos países vecinos.
En la guerra no se puede desfallecer, y estamos seguros que nuestros soldados y policías, serán los valientes actores de nuestra historia. Los altos mandos Militares y de Policía, tienen una responsabilidad muy grande, con todos los Colombianos de bien, y no podrán ser inferiores a este reto, para avanzar con mucha fortaleza en el proceso de Seguridad Democrática, que tanto bien y buenos resultados le ha dado al país, y que esto nos lleve algún día a la paz, tan anhelada por todos.
El señor Presidente Santos tiene la palabra, el estilo puede ser diferente, pero eso no cambia, lo que tiene que ser una política de Estado.
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