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El gobierno del Presidente Santos es difícil de interpretar. A veces parece que el Presidente dice lo que esperamos escuchar, y desde su gobierno se hacen o pasan cosas distintas. Al final nadie logra comprender cómo estamos actuando o siquiera qué está pasando.
En el paro de los transportadores, por ejemplo, el gobierno defendió la eliminación de la tabla de fletes como una medida necesaria para la competitividad. Fue enfático en decir que no retiraría los decretos. Se dijo, además, que no se negociaría hasta tanto los camioneros no despejaran las vías. Sucedió lo contrario; la negociación se hizo con varias arterias de la capital taponadas y miles de personas afectadas. Los decretos fueron derogados y los camioneros recibieron, además, la promesa de la caducidad de las multas de transito con más de tres años. Al día siguiente el gobierno advirtió que aún sin los decretos, las tablas de fletes serían derogadas.
En el tema de las liberaciones el comportamiento del gobierno también fue errático. En sus intervenciones el Presidente dijo que no aceptaría que las liberaciones fueran shows. Las coordenadas que dieron las FARC eran erróneas, así que el cese de actividades militares se dio en el departamento del Tolíma y las liberaciones programadas se retrasaron. Muchos especularon sobre la fuga de Cano, el mismo presidente Santos dijo que era posible. Uno o dos días después los periódicos titularon que Cano estaba bajo el fuego de los militares, y Santos aclaró que sabía dónde estaba Cano.
No hay claridad en las decisiones, los discursos y los hechos. Ambos casos son desconcertantes. Todo parece oscuro. Pueden tejerse mil y una explicaciones. Recogiendo medios y opiniones tenemos: No hubo negociación sino capitulación por parte del Gobierno. Los trasportadores fueron embaucados haciendo una negociación que sólo les da una victoria temporal. El gobierno reconoció el error de no consultar la política pública y ahora realizará una ambientación para las derogatorias. Angelino es una pieza suelta del gobierno. Angelino es una pieza clave del gobierno. El gobierno no bien y dejaron escapar a Cano y ahora, para evitar el desprestigió, se dice que saben dónde está. El gobierno estaba vigilando a Cano, quien pensó que podía engatusarlos; se fugó, el ejercito lo siguió y lo tiene sitiado. Santos ha tenido contactos cercanos con las FARC y el plan de escape de Cano estaba convenido. El gobierno contempló la posibilidad de que Cano huyera, y lo consideró un precio justo por la libertad de los secuestrados. Cano nunca escapó. Las coordenadas eran correctas, pero hubo errores de escritura.
Todo es posible.
Disgusta el comportamiento del gobierno, pues no tiene una línea clara y directa, y sus acciones son impredecibles para los ciudadanos. La seguridad jurídica, esa capacidad de saber con un alto grado de certeza lo que va a suceder es fundamental para la tranquilidad social y el buen gobierno. Lo sucedido desdibuja la autoridad y crea desconfianza. El gobierno tiene fijar posiciones y unificarse.
En el paro de los transportadores, por ejemplo, el gobierno defendió la eliminación de la tabla de fletes como una medida necesaria para la competitividad. Fue enfático en decir que no retiraría los decretos. Se dijo, además, que no se negociaría hasta tanto los camioneros no despejaran las vías. Sucedió lo contrario; la negociación se hizo con varias arterias de la capital taponadas y miles de personas afectadas. Los decretos fueron derogados y los camioneros recibieron, además, la promesa de la caducidad de las multas de transito con más de tres años. Al día siguiente el gobierno advirtió que aún sin los decretos, las tablas de fletes serían derogadas.
En el tema de las liberaciones el comportamiento del gobierno también fue errático. En sus intervenciones el Presidente dijo que no aceptaría que las liberaciones fueran shows. Las coordenadas que dieron las FARC eran erróneas, así que el cese de actividades militares se dio en el departamento del Tolíma y las liberaciones programadas se retrasaron. Muchos especularon sobre la fuga de Cano, el mismo presidente Santos dijo que era posible. Uno o dos días después los periódicos titularon que Cano estaba bajo el fuego de los militares, y Santos aclaró que sabía dónde estaba Cano.
No hay claridad en las decisiones, los discursos y los hechos. Ambos casos son desconcertantes. Todo parece oscuro. Pueden tejerse mil y una explicaciones. Recogiendo medios y opiniones tenemos: No hubo negociación sino capitulación por parte del Gobierno. Los trasportadores fueron embaucados haciendo una negociación que sólo les da una victoria temporal. El gobierno reconoció el error de no consultar la política pública y ahora realizará una ambientación para las derogatorias. Angelino es una pieza suelta del gobierno. Angelino es una pieza clave del gobierno. El gobierno no bien y dejaron escapar a Cano y ahora, para evitar el desprestigió, se dice que saben dónde está. El gobierno estaba vigilando a Cano, quien pensó que podía engatusarlos; se fugó, el ejercito lo siguió y lo tiene sitiado. Santos ha tenido contactos cercanos con las FARC y el plan de escape de Cano estaba convenido. El gobierno contempló la posibilidad de que Cano huyera, y lo consideró un precio justo por la libertad de los secuestrados. Cano nunca escapó. Las coordenadas eran correctas, pero hubo errores de escritura.
Todo es posible.
Disgusta el comportamiento del gobierno, pues no tiene una línea clara y directa, y sus acciones son impredecibles para los ciudadanos. La seguridad jurídica, esa capacidad de saber con un alto grado de certeza lo que va a suceder es fundamental para la tranquilidad social y el buen gobierno. Lo sucedido desdibuja la autoridad y crea desconfianza. El gobierno tiene fijar posiciones y unificarse.
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